Hay récords que, cuando analizas su impacto, parecen convencernos de que nadie los romperá.
El 20 de abril de 2012, 44 días después de que Enrique Díaz rociara su hit número 2,357 para sobrepasar a Antonio Pacheco (2,356), el veterano intermedista capitalino bateó el último inatrapable de su carrera, vistiendo el traje del equipo de Metropolitanos. Fue un rodado por segunda que llenó las almohadillas en el inicio de la cuarta entrada frente al abridor de los Cachorros de Holguín, el diestro Pablo Millán Fernández. Luego, “La Bala de Centro Habana” cerró la 51 Serie Nacional fallando en sus últimas ocho visitas al plato, pero terminó su carrera de 26 temporadas implantando un nuevo récord nacional con 2,378 hits.
Sin dudas, la marca aquella tarde, nueve años, 10 meses y una semana después de que Pacheco ascendiera al trono de los hits en la 41 S
erie Nacional, parecía inalcanzable. Ahora recuerdo cómo se vivió aquel récord, mientras el admirable bateador tunero, Danel Castro, estuvo asechando la marca de Enriquito desde el inicio de esta semana. Cuando terminó la 51 Serie Nacional, Danel tenía 35 años y 1,609 hits. Después de una larga campaña donde jugó 85 de los 96 partidos de Las Tunas durante la temporada regular, “La Pantera de Manatí” fijó respetable línea de .370/.445/.551, con 15 jonrones y 73 remolcadas.
Realmente, no había razones para pensar en regresiones o un retiro al menos durante los siguientes cinco años. Así pues, Danel Castro Muñagorri siguió contribuyendo para cada equipo que defendió: obtuvo el primer título de su carrera con los Leopardos de Villa Clara como refuerzo en 2013. Y, seis años después, en 2019, fue uno de los motores impulsores para que los Leñadores de Las Tunas tocaran la gloria tras ganar la primera corona del equipo después de cuatro décadas.
En cada uno de esos recuerdos estuve pensando durante los últimos días, mientras era cuestión de tiempo para que Danel Castro se convertiera en el nuevo Rey del hit en el béisbol cubano. La pregunta principal desde mi perspectiva no era cuándo rompería el récord, sino cómo finalmente estaba a punto de
lograrlo. Quise viajar en retrospectiva para rememorar cada reto superado hasta que Danel entró al juego de este miércoles a un par de hits de reclamar la corona en imparables. El momento histórico estaba destinado para el doble juego de la jornada en la I Liga Élite del Béisbol Cubano (LEBC), cuando Danel, vistiendo el traje de Centrales, enfrentara a los lanzadores de Portuarios.
Fue 10 años, nueve meses y 17 días después de que Enriquito cerrara su carrera con 2,378 hits. A sus 46 años, no pocos achacan parte del éxito a las 28 temporadas que Danel ha jugado. Ese es un argumento irrebatible en cierto sentido, pero con seis Series Nacionales más, Danel promedió 40 apariciones en home menos que sus antecesores en el reinado de los hits:
—Fernando Sánchez: 2,215 hits y 360 PA por temporada
—Antonio Pacheco: 2,356 hits y 362 PA por temporada
—Enrique Díaz: 2,378 hits y 374 PA por temporada
—Danel Castro: 2,379 hits y 321 PA por temporada
¿Hacia qué lectura nos conducen esos promedios? No siempre la cantidad de Series Nacionales deriva en la posibilidad de haber jugado más partidos. En su tiempo, Antonio Pacheco y Fernando Sánchez, quienes jugaron menos temporadas que Danel Castro, tuvieron más oportunidades de juego debido a que eran titulares en Series Nacionales y Series Selectivas, respectivamente—incluyendo múltiples apariciones en playoffs—. Sin dudas, esa ventaja se la ganaron Pacheco y Don Fernando por ser superestrellas en la época de oro del béisbol cubano, pero a la vez compensa un poco la diferencia entre los caminos recorridos por otros jugadores como el tunero Danel Castro.
Y, por supuesto, en cuanto a la conversación sobre quién tiene más méritos, no creo que sea fácil ponernos de acuerdo. Si algo hemos visto a través del tiempo en el béisbol cubano, han sido los diferentes sistemas de calendario, ajustes en el reglamento y otros cambios notables como los tipos de pelotas y bates utilizados. Al final, aunque ha habido cambios significativos, cuando se trata de récords sólo cuentan los números*.
*De hecho, en Cuba erróneamente se adiciona toda la actuación a las carreras de los jugadores: Series Nacionales, Series Selectivas, Copas Revolución, Súper Ligas, series de playoffs en cada uno de los torneos oficiales e, incluso, la actual Liga Élite del Béisbol cubano. En términos de estadísticas, no estaría en contra de apreciar el acumulado general de cada jugador, dejando su actuación en playoffs aparte, por supuesto. Espero que algún día se logre, porque definitivamente ofrecería una mayor claridad sobre el impacto de varios jugadores.
Entonces, en parte, de esto se trata nuestra conversación cuando analizamos la trayectoria de Danel Castro en Series Nacionales:
¿Clásicos argumentos que defienden sus seguidores con toda razón?
—No ha dejado de contribuir a su equipo, y es fácil sostener ese criterio: en las últimas cinco series, ningún bateador ha remolcado más carreras del empate o la ventaja que Danel Castro, quien ha promediado un altísimo 26.2%, mientras la liga se combina para apenas 9.6%.
—Entre sus 43 y 46 años, lapso correspondiente a las últimas tres campañas, ha marcado el quinto porcentaje más alto de carreras impulsadas de calidad (para definir marcadores) por cada producida con 32.8%. ¿Quién es el siguiente bateador tunero?: El cátcher Yosvany Alarcón en el lugar No. 18, exhibiendo 29.8%.
—Con su vasta experiencia, ¿cómo podemos cuantificar el gran valor agregado que inspira Danel Castro simplemente con su presencia en el dugout de los Leñadores? ¡Imposible! Y, sin lugar a dudas, su sabiduría ha significado una apreciable influencia positiva para todos sus compañeros, incluyendo a los colectivos de dirección. También podemos recordar este respetable récord: Danel Castro ha sido el bateador más oportuno durante toda su carrera desde la 33 Serie Nacional (temporada 1993-1994) hasta el presente. ¿El dato que respalda su legado?: acumula 386 carreras impulsadas para proporcionar el empate o la ventaja de sus equipos y, sí, como estás pensando, nadie ha superado tal consistencia.
¿Parte de lo que podrían agregar los detractores sobre el récord en hit y la extensa carrera de Danel Castro?
—Está jugando a los 46 años y no se cuestiona su aporte, pero debido a ello ha logrado romper el récord en hits. Creo que dejé una buena pista sobre este punto aquí: Danel ha jugado 28 Series Nacionales y, aun así, su promedio de apariciones en home no superó el acumulado de los líderes en hits que lo antecedieron. ¿La razón? No jugó en la era de las Series Selectivas, donde los jugadores de élite sumaban más de 120 partidos al año. Danel desarrolló su carrera en el formato de 90 juegos por equipo entre 1997 y 2012, pero Las Tunas no clasificó a los playoffs durante sus primeras 12 campañas. ¿Cuántos hits tendría Danel si los Leñadores hubiesen llegado más veces a la postemporada? ¿No crees que habría alcanzado el récord antes de los 46 años?
—¿Que se ha beneficiado de la baja general del picheo?: Este argumento también tiene cierto sentido, aunque aplica para todos los bateadores de la liga. De hecho, las estadísticas nos dejan apreciables señales:
Por ciento de hits bateados por Danel Castro en diferentes lapsos
31-35 años: 23.5%
26-30 años: 22.5%
20-25 años: 21.1%
41+ años: 18.4%
36-40 años: 14.0%
Parece increíble: con 41 o más años, Danel ha bateado más hits que en el lapso entre sus 36 y 40. ¿A qué se debe? Sí, hay razones ineludibles como su habilidad y la admirable capacidad física que aún posee, pero está claro que su éxito en este último lapso tras cumplir 41 años se conecta con las averías del picheo a nivel de liga.
Aunque Danel Castro ha sido uno de los bateadores más oportunos y consistentes en la historia de las Series Nacionales, la baja del picheo indudablemente ha propiciado que el reto sea menos complicado después de los 40 años. Aun así, también vale recordar que 23 de sus 28 temporadas han sido utilizando el bate de madera, lo cual compensa de cierta forma una comparación entre épocas. No, no estoy obviando que el nivel del picheo entre la década de los setenta y mediados de los noventa fue fantástico, desafiando a sus rivales en la era del bate de aluminio.
Premio a la habilidad legítima, el talento y la perseverancia
Bien, la polémica nunca dejará de ser tendencia cuando se analizan récords aparentemente irrompibles, pero hay algo que siempre recuerdo: ¿es posible que algún jugador establezca una marca histórica sin haber jugado al menos un par de décadas en Series Nacionales? Cuando se trata de números redondos y marcas históricas, pocos jugadores quieren renunciar a dejar una huella para todos los tiempos. Mi trabajo me ha dado la oportunidad de apreciar cuánto representa ese legado para incontables protagonistas en el terreno de juego.
Lo viví cuando Enrique Díaz celebró cada base robada, cada triple, cada hit tras sobrepasar a Antonio Pacheco. Recuerdo los jonrones de Orestes Kindelán, la victoria 234 de Pedro Luis Lazo, los dobles de Michel Enríquez, las bases por bolas registradas por Frederich Cepeda o los juegos salvados de José Ángel García. Todos, de alguna manera, se sentían motivados por sus récords, pero su gran devoción ha sido competir.
Para Danel Castro, esa esencia no cambia: jugar béisbol, entregarse al máximo como si cada día fuese el último. No creo que hace 10 años, cuando le faltaban casi 800 hits para alcanzar a Enrique Díaz, haya puesto su mirada en el récord. Si algo hemos podido apreciar día a día en cada juego, ha sido la pasión y el amor a la camiseta derrochado por Danel dentro y fuera del campo. Sin perder su capacidad y virtud como líder, la perseverancia no le ha permitido rendirse. Y, después de 28 campañas, reinar en hits pasó a ser una de sus prioridades como bien confesó.
Este miércoles en San José de Las Lajas, Danel Castro cumplió su meta y lo hizo de manera sensacional, proporcionando más capítulos gloriosos con su legendario swing en la caja de bateo: produjo par de hits para igualar y sobrepasar a Enrique Díaz, ¡y ambos fueron jonrones!
El primer cañonazo para empatar los 2,378 hits de Enriquito, llegó en el inicio del tercer inning, destrozando un lanzamiento del abridor de Portuarios, el diestro capitalino Raymond Figueredo. Luego, dos episodios después, el estacazo que rubricó un nuevo récord nacional en hits fue aún más sensacional: jonrón dentro del terreno con una línea bestial hacia el centro del campo. El centerfielder de Portuarios, Alberto Calderón, quien sustituyó a Alexander Pozo en el inicio de esa quinta entrada, intentó capturar la pelota, pero su esfuerzo fue en vano.
Danel, como de costumbre, corrió fuerte desde el inicio sin detener la carrera. Pisó segunda, siguió para tercera y, tras percatarse de que aún tenía tiempo para superar 180 pies rumbo al plato, dobló como un bólido hasta anotar sin contratiempos. ¡Jonrón y récord nacional! ¡Que momento!
Los jugadores de Centrales lo recibieron delante del dugout de primera con tanta emoción como si hubiesen sido sus compañeros de Las Tunas. Después de casi tres décadas desde que bateó el primer hit de su carrera precisamente en el estadio de su municipio de Manatí, Danel Castro recibió el afecto especial que merece un verdadero guerrero de los diamantes de béisbol.
El hit del récord no pudo ser ante su afición de Las Tunas ni vistiendo el traje de los Leñadores. Era probablemente el escenario que menos imaginó Danel para reclamar la corona como Rey en hits de la pelota cubana: en el estadio Nelson Fernández, vistiendo el traje del equipo de Centrales y bajo el mando del manager matancero Armando Ferrer, quien le ofreció toda su confianza como bateador designado*.
*Ferrer ha sido el manager de los Cocodrilos de Matanzas durante las últimas tres temporadas, donde sus equipos han eliminado a los Leñadores de Las Tunas. Centrales es el séptimo plantel que ha integrado Danel Castro en sus 28 Series Nacionales, y con todos acumula al menos 15 inatrapables: Las Tunas (2177), Orientales (69), Villa Clara (34), Holguín (33), Camagüey (29), Artemisa (22) y Centrales (15).
En las desoladas gradas del parque mayabequense, Danel no recibió la ovación que habría soñado ante los fanáticos en el estadio Julio Antonio Mella. De cualquier manera, el número “1” de los Leñadores logró el récord en otro momento histórico definido por su swing, y tendrá tiempo suficiente para disfrutar más hits junto a la afición tunera.
Por ahora, cada imparable establecerá una nueva marca, un nuevo legado a seguir y, sobre todo, nos recordará cómo Danel Castro Muñagorri se ha convertido en un ícono merecedor del respeto y el cariño de la afición cubana.
(Foto: Danel Castro/Radio Bayamo)
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