Por: Yirsandy Rodríguez
La jugada fue una de las razones por las que los Rays de Tampa Bay adoran al cubano Randy Arozarena.
Durante el inicio del tercer inning en el primero de un doble juego entre los Rays y los Blue Jays este martes en Rogers Centre, Manuel Margot enfrentaba al diestro Mitch White en cuenta de 2-2. Arozarena corría en la inicial y, luego de un par de fouls de Margot, salió al robo de la intermedia.
White lanzó una slider baja fuera de la zona de strike en su séptimo pitcheo del turno y, Margot, que se caracteriza por su habilidad para poner la bola en juego, golpeó un rodado hacia la parte izquierda del infield. Bien, ahí comenzó otra electrizante exhibición de Randy Arozarena, demostrando su combinación de velocidad y suspicacia para correr las bases.
El antesalista de los Blue Jays, Matt Chapman, un experto multi ganador de Guantes de Oro, intentó capturar la conexión, pero sólo logró desviarla antes de que la pelota se internara en lo corto del left-center. ¿Qué hizo Randy? ¿Detuvo su carrera o no renunció a su instinto agresivo sobre las almohadillas? Tras salir al robo de segunda, no se detuvo hasta tercera y, al notar que el leftfielder Teoscar Hernández se demoró en controlar la pelota, ¿te imaginas? Por supuesto: ¡siguió viaje rumbo al home!
La devolución de Teoscar hacia el plato fue totalmente desviada, típica de un outfielder sorprendido por la sagacidad del corredor: no logró el control de la pelota en su mano, lo cual derivó en un tiro ineficiente. Randy ni siquiera necesitó deslizarse en el plato o esperar la guía del coach para anotar la cuarta carrera de los Rays, quienes mejoraban su ventaja 4-0, completando un rally de tres carreras en la parte alta del tercer inning.
Para Randy, lo más importante era anotar, y no dejará de ser agresivo en las bases, incluso aunque las probabilidades no giren a su favor. Cuando está en busca de la siguiente almohadilla, nunca cederá en el intento, y eso suena reconfortante para quienes pensamos que el ritmo del béisbol puede generar más emoción.
En ese instante del juego, los Rays aseguraron la victoria, aunque el marcador se cerró un tanto en el final de la octava entrada, 4-2. Otra impresionante apertura del zurdo Jeffrey Springs fue clave al limitar el poderoso line up de los Blue Jays, exhibiendo su mezcla salvaje de slider y changeup.*
*Dediquémosle una pequeña línea a Springs, por esta razón, su abominable combinación de slider y changeup: contra ambos lanzamientos, sus oponentes le promediaban sólo .232 xBA y .341 xSLG, este deslucido 31.3% de conexiones contundentes y 28.4% de swing sin contacto. ¡Terrible! Si no lo has visto lanzar, creo que vale la pena darle un vistazo al spin rate de todos sus lanzamientos.
Y ahora viene una de las partes más interesantes cuando hablamos de Randy, en caso de que no hayas visto el primer juego de este martes en Rogers Centre, revisemos el Box Score.
Por los Rays, apreciarás algo realmente poco común, pero que nos deja un mensaje sobre cómo deberíamos prestar más atención a las acciones “incuantificables”: Randy Arozarena, a quien consideré el jugador ofensivo más valioso del partido, no bateó hits. Randy terminó de 4-0 y, podré equivocarme, pero aún muchos de nosotros como fieles amantes del béisbol, perseguimos día a día las estadísticas tradicionales de veces al bate, hits, jonrones y remolcadas.
Aunque está probado que hay múltiples estadísticas mucho más valiosas en diferentes situaciones de juego, creo que aún emociona ver a un bateador producir dobles dígitos en hits, jonrones o remolcadas. También sucede con los lanzadores, por supuesto, estar al tanto de los posibles “no-no”, las aperturas de 10 o más strikeouts y las efectividades calificadas.
Esa es y será parte de la esencia del béisbol y probablemente nunca cambiará, pero actuaciones como la que protagonizó Randy Arozarena este martes en Rogers Centre, también conforman las incontables acciones que ayudan a obtener victorias.
Randy remolcó par de carreras en sus primeros dos turnos con rodados al infield donde la defensiva de Toronto no pudo realizar jugadas de double play. Luego, llegó el intento de robo en el tercer inning, que al final desembocó en otra importante carrera para los Rays. Incluso sin batear de hit, es difícil detener a Randy Arozarena, y su energía dentro del campo parece inagotable.
En el plato, podríamos decir que se asemeja a la combinación del poder ocasional de B. J. Upton, y su intensidad en las bases me recuerda el potencial de Carl Crawford, quien hizo historia durante nueve temporadas entre 2002 y 2010 con los Rays.*
*Carl Crawford fue uno de mis jugadores favoritos en aquellos años con los Rays que dirigió Joe Maddon. Me encantaba su postura en la caja de bateo, alzaba el bate y estiraba sus piernas, y luego desataba una velocidad indetenible entre las bases. Durante esos nueve años con los Rays, Crawford fue cuatro veces All-Star, ganó un Guante de Oro, un Bate de Plata, registró tres veces 100 o más carreras anotadas, lideró la liga cuatro veces con más de 50 bases robadas y sobrepasó en cuatro ocasiones la marca de 13 o más triples. En su primera temporada a los 20 años, no bateó para double play en 278 apariciones en home. ¡Notable! Fue un bateador de contacto de élite y un velocista sin igual en aquellos lineups pero, oye, ¡nunca logró un “20-20”!
Con el par de bases robadas de este martes ante los Blue Jays, Arozarena llegó a 30 en 40 intentos este año, y ninguna combinación de pitcher y cátcher lo han puesto out en sus últimos nueve intentos. De hecho, el año pasado fue capturado en 10 ocasiones, así que en esta campaña ha registrado 10 robos más.
Randy también va camino a su segunda temporada de “20-20” en jonrones y bases robadas—tiene 19 HR y 30 BR—, y ha impuesto récord personales en dobles (36) y remolcadas (78). En otras palabras, por segunda temporada consecutiva, tras ganar el Premio de Novato del Año de la Liga Americana, Randy Arozarena ha vuelto a ser uno de los jugadores claves en el éxito de los Rays, quienes están luchando una vez más por regresar a la postemporada.
Adoramos los números en el béisbol, ¿verdad? Pero más allá de nuestras métricas favoritas, al analizar el juego nunca deberíamos descartar a esos jugadores capaces de encabezar hazañas incuantificables.
Y, sin dudas, para fortuna de los Rays y las Grandes Ligas, Randy Arozarena es uno de ellos.
(Foto: Randy Arozarena/GettyImages)