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Foto del escritorYirsandy Rodríguez

¿Qué ha pasado con el poder de Jorge Soler?

Jorge Soler volvió a sentir este domingo el efecto del contacto sólido que tanto experimentó en su temporada de 2019, cuando bateó 48 jonrones y remolcó 117 carreras: Sacó par de pelotas a 425-ft y 428-ft en Kauffman Stadium, para impulsar el éxito de los Royals por 6-1 contra los Tigres de Detroit.

Ambos jonronazos, su 10mo y 11no del año, fueron impactados a altas velocidades de salida, sobrepasando fácilmente las 100 mph, con registros de 108.1 mph y 107.4 mph en sus dos primeras visitas al plato. Soler, además, roció un sencillo a lo corto del rightfield, para cerrar de 4-3 con tres remolcadas.


Con esos dividendos, la tarde de este domingo fue más especial de lo que podríamos imaginar, sobre todo recordando sus prolongados slumps ofensivos este año:


-Logró su cuarto partido con al menos tres hits en esta temporada: El anterior también fue contra los Tigres de Detroit, el 14 de junio pasado, tras irse de 4-3 con doble y RBI.


-Registró su primer partido de multi-extra bases con jonrón incluido desde que le bateó de 5-4 a los White Sox, agregando un doble, dos jonrones y 4-RBIs el 11 de septiembre de 2019.


-Fue su primer partido de multi-jonrón desde el 8 de agosto de 2020, cuando produjo dos bombazos contra los Twins de Minnesota.


Todas esas notas nos recuerdan de alguna manera lo lejos que ha estado Soler de su impacto en 2019. Sin embargo, el punto más preocupante ha sido la gran caída de su poder, incluso con tasas de ponches y velocidades de salida promedio bastante similares. Tras agregar sus dos bambinazos de este domingo, su tasa de HR% (jonrones por cada aparición en home) va siendo la peor de los últimos cuatro años:


HR%

Cubs de Chicago

2014: 5.2%

2015: 2.5%

2016: 4.5%

Kansas City Royals

2017: 1.8%

2018: 3.5%

2019: 7.1%

2020: 4.6%

2021: 3.2%

En su carrera: 4.5%


Ahí está la primera gran evidencia de su marcada regresión: Soler ha bajado considerablemente sus tasas de jonrones, sobre todo en esta temporada. Desde la última vez que había bateado par de bambinazos en un juego, el 8 de agosto de 2020, Soler acumuló 445 apariciones en home y 131 strikeouts.


Sus ponches han sido tan frecuentes, que en 57 de los 97 juegos donde Soler acumula sus 105 jonrones en MLB, se ha ponchado al menos una vez. De hecho, cuando analizamos sus tasas de ponches este año, podemos ver que no hay grandes diferencias, por ejemplo, en comparación con su rendimiento de 2019:


Temporadas de Jorge Soler con al menos 250 PAs

2015: 404 PAs/30.0 K%

2016: 264 PAs/25.0 K%

2018: 257 PAs/26.8 K%

2019: 679 PAs/26.2 K%

2021: 344 PAs/26.7 K%


Como puedes apreciar, las tasas de sus últimas cuatro temporadas se han estabilizado entre el 25% y el 26.8%, por lo que sus ponches no parecen ser el argumento para justificar la considerable pérdida de poder de Soler este año.


Entonces, si se está ponchando a un ritmo similar, ¿eso quiere decir que ha estabilizado la misma frecuencia para poner la bola en juego? No, exactamente, porque el porcentaje de BIPs (Bolas Puestas en Juego) también incluye los boletos y pelotazos recibidos. Sin embargo, en el caso de Soler su porcentaje de BIPs sí se ha estabilizado, porque su tasa de boletos ha promediado 10.8%.


Siguiendo con nuestro análisis, ya sabemos que los ponches, aunque obviamente influyen, no han sido la principal causa en la regresión del poder de Soler. Así que, sólo nos queda adentrarnos en un punto decisivo del análisis: La calidad de sus bolas puestas en juego, apelando a las valiosas herramientas de StatCast, proporcionadas por FanGraphs.

Indudablemente, no podemos omitir el gran crédito de la oposición. ¿Dónde están las grandes diferencias aquí? Sí, las bajas más desproporcionadas se pueden apreciar en los promedios esperados. El xSLG de Soler ha bajado de .587 en 2019 y .487 en 2020 a .435 en esta temporada.


Además, cuando comparamos su xSLG de .435 este año con el SLG tradicional de .328, encontramos una diferencia de .107 puntos, la más alta de cualquier bateador en 2021:


Mayores diferencias de xSLG-SLG

(Antes de los juegos de este domingo)


Jorge Soler: .107

Paul Goldschmidt: .088

Aaron Judge: .085

Elvis Andrus: .065

Kyle Tucker: .065

Freddie Freeman: .064

Jed Lowrie: .062

Alec Bohm: .055

Eugenio Suarez: .055

Gleyber Torres: .051


En esta lista calificada podemos encontrarnos tanto sluggers como bateadores de contacto, simplemente porque el xSLG evalúa cada bola puesta en juego, su velocidad de salida y la probabilidad de que se convierta en un extra base.


Esa es una de las razones por las que, en teoría, cualquier bateador puede proyectar un promedio esperado superior al tradicional, incluso aunque sus conexiones no lleguen a tener éxito. Y ese es esencialmente el problema que ha sufrido Soler este año: Una tasa similar de strikeout, varias bolas puestas en juego a altas velocidades que mantienen su “EV” (velocidad de salida promedio) sobre la media, pero un acumulado voraz de conexiones sin la suficiente contundencia o ubicación como para convertirse en hits.


Si no te fijaste antes, vuelve a la tabla donde analizamos las bolas puestas en juego, porque hubo algo que dejé esencialmente para el final: ¡Soler está promediando una tasa de 53% “Med”, en contactos valorados de impacto “medio”!


¿Qué quiere decir? Eso, las bolas puestas en juego que no son calificadas como “débiles”, pero tampoco alcanzan la categoría de “fuertes”. Y si a eso le sumamos que en el 44% de sus apariciones en home esta temporada le han aplicado “shifts” defensivos, es razonable justificar sus bajos promedios predictivos y la caída de su BABIP de .294 en 2019 a .228 este año.


Con sus últimas 18 bolas puestas en juego antes de batear dos jonronazos este domingo, Soler registraba una velocidad de salida salvaje de 98.7 mph. ¡Nadie ha estado golpeando más fuerte que él por estos días! Su porcentaje de HH% (conexiones contundentes) también lideraba las Grandes Ligas con 77.8%, incluso aunque promedió sólo .143.


Así que, probablemente nunca volvamos a ver al Jorge Soler de 2019, aunque no será por el poder, sino debido a que su línea de .265/.354/.569 fue muy superior a la del bateador que realmente podría ser durante el resto de su carrera (.242/.328/.454): Un slugger de “resultados verdaderos” dominantes, con muchos ponches a cuesta, pero luciendo altas velocidades de salida, mientras intenta expandir su mejor ángulo de lanzamiento en un swing destinado para levantar a los fanáticos de sus asientos.

(Foto: Jorge Soler/GettyImages)

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