—José Abreu brilló contra Minnesota como esperaban los Astros, haciendo una dupla imparable junto a su compatriota Yordan Álvarez.
La historia de superación comenzó a mostrarse reveladora el pasado 29 de septiembre, cuando los Astros entraban a la última serie de la temporada regular con aspiraciones de alcanzar al menos un puesto para discutir la Serie de Comodines de la Liga Americana.
En un momento clave de la temporada, una especie de anticipación del escenario de playoffs, los Astros necesitaban el protagonismo de sus principales jugadores. Uno de ellos, entre los veteranos del equipo, era el cubano y primera base José Abreu. Durante toda la temporada regular, Abreu, de 36 años, había estado por debajo de las expectativas que los Astros esperaban de su experiencia y liderazgo durante nueve temporadas con los White Sox. Sin embargo, tras regresar de la lista de lesionados, de cara al último mes de la temporada, Abreu comenzó el inicio de su ascenso.
Las señales de impacto de su swing definitivamente tomaron categoría en las primeras semanas de septiembre, pero no hubo un momento más significativo que las series donde los Astros enfrentaban la eliminación. El 25 de septiembre, tras recibir una decepcionante barrida por los Royals de Kansas City —quienes perdieron 106 juegos— durante su última serie de la temporada regular en Minute Maid Park, las esperanzas de los actuales campeones de la Serie Mundial parecían pulverizarse.
Aun así, el equipo logró ganar por 2-1 una desafiante batalla en Seattle. Luego, la decisión de la clasificación a la postemporada la enfrentarían como visitantes contra los D-Backs, quienes también buscaban obtener un boleto para la Serie de Wild Card de la Liga Nacional. Ese era el momento clave, cuando más los Astros necesitaban el impulso de sus principales figuras tanto en el lineup como en la rotación de pitcheo, y ahí comenzó la resurrección de José Abreu.
Los dos primeros triunfos contra los D-Backs fueron definidos por un par de swings claves en situaciones de clutch: produjo un doble que remolcó las carreras en el éxito por 2-1 de los Astros contra el as de Arizona, Zac Gallen. Y, al día siguiente, repitió la dosis con otro doble remolcador que definió la victoria por la mínima, 1-0, asegurando un puesto en los playoffs para Houston. El domingo 1 de octubre, en el juego final de la temporada regular, Abreu también lideró el ataque conectando 2-for-4 con un jonrón de dos carreras en la victoria por 8-1 que aseguró el título de la División Oeste de la Liga Americana para los Astros de Houston.
Durante ese final de campaña, su OPS de apenas .549 en agosto ascendió hasta .835 en septiembre/octubre, un promedio similar al .843 que registrado a lo largo de diez temporadas en las Mayores. El ritmo de Abreu estaba alcanzando su producción habitual y, por ende, el calor ofensivo esperado por los Astros durante todo el año. Tal fue el repunte de su swing en septiembre, que bateó siete jonrones en apenas 107 apariciones al plato. ¿Qué tan buena fue esa frecuencia? Los números hablarán por sí solos: Abreu bateó seis vuelacercas, uno menos, en sus primeros 78 juegos y 328 visitas al plato como Astro.
Ahora, la gran noticia para los actuales campeones de la Serie Mundial es que el veterano inicialista cubano está indetenible. Después de guiar la victoria en el Juego 3 de la Serie Divisional con par de bombazos a más de 440 pies en Target Field —un nuevo récord de postemporada en la era de StatCast desde 2015—, la historia de superación continua: José Abreu lideró el ataque ofensivo de los Astros con un jonrón de dos carreras que proporcionó el éxito por 3-2 y la eliminación de los Twins de Minnesota durante la noche de este miércoles en el Juego 4.
Abreu no perdonó la bola rápida de cuatro costuras a 94 mph que lanzó el relevista zurdo Caleb Thielbar, intentando atacar el borde exterior de la zona de strike en cuenta de 1-0. El jonrón de 424 pies se elevó a 107.9 mph hacia lo profundo del rightfield, y encontró a su compatriota Yordan Álvarez en la inicial, quien resurgió en cuenta de 1-2 y conectó un sencillo golpeando una bola rápida de 94 mph de Thielbar —por cierto, como dijeron sonriendo los narradores de FOX SPORTS: “¡fue el primer sencillo de la Serie Divisional para Yordan!”. Literalmente, todos sus hits habían sido extra bases: dos dobles y cuatro jonrones—.
Una vez más, el poder y la determinación de los bateadores cubanos encabezó la remontada de los Astros. El dúo Yordan Álvarez & José Abreu fue absolutamente letal: conectaron siete de los 10 jonrones de los Astros, y remolcaron 14 de las 20 carreras, ¡en ambos casos un impactante 70% de productividad cuando los comparamos con el resto del lineup!
Yordan se robó el show en el Juego 1, detonando par de bombazos que impulsaron la mitad de las carreras en la victoria por 6-4 de los Astros. Terminó conectando 7-for-16 con (¡un sencillo!) dos dobles, cuatro jonrones, seis remolcadas, y 1.783 OPS. Abreu golpeó tres jonrones y remolcó ocho carreras en 17 visitas a la caja de bateo, registrando 1.228 OPS en cuatro juegos contra los lanzadores de Minnesota.
Todos sus jonrones fueron en un lugar tan familiar para Abreu como Target Field, donde debutó con los Chicago White Sox hace nueve años. Al sumar su producción en estos playoffs, ha extendido a 14 RBI su registro en los últimos 10 juegos, que incluyen la racha de 5-1 de los Astros durante el final de la temporada regular, y la victoria por 3-1 contra Minnesota en la ALDS.
“Lo más importante es que tengo una familia que me apoya”, dijo Abreu en Conferencia de Prensa después del Juego 4, donde los Astros aseguraron su séptima clasificación consecutiva a la Serie de Campeonato de la Liga Americana, y esta vez enfrentarán a los Rangers de Texas. “Tengo dos hijos que me aman. Mi mamá siempre ha estado ahí, mi esposa, que Dios los bendiga. Obviamente tuve una organización que siempre estuvo ahí para mí y mis compañeros, independientemente del momento, siempre me han apoyado. Entonces ¿qué más puedo pedir?”.
Sin dudas, el jonrón de Abreu marcó el momento clave del partido, pero el éxito de los Astros volvió a derivar de una gran cohesión de equipo. La magistral jugada del torpedero Jeremy Peña en la primera entrada también resultó clave, al concretar una doble matanza salvadora. Jeremy capturó una línea de Jorge Polanco, reaccionó al instante y logró atrapar movido al corredor de segunda, Edouard Julien. Luego, el jonrón de Royce Lewis hipotéticamente hubiese encontrado a Julien en segunda base, lo cual habría ofrecido una ventaja inicial por 2-0 para los Twins.
De haber sido así, el jonrón de dos carreras de Abreu en el inicio del cuarto inning no hubiera marcado la diferencia y el destino del Juego 4 quizás habría sido otro. En cambio, Michael Brantley empató rápidamente el marcador 1-1 con un jonrón solitario en el inicio de la segunda entrada. Y, tras el bambinazo de Abreu, la efectividad de los lanzadores fue impecable: José Urquidy aseguró una apertura de 5 ⅔ con seis ponches donde admitió apenas dos carreras, y el bullpen colgó los tres ceros restantes.
Veámoslo así, para apreciar lo abrumador que resultó el pitcheo de los Astros: permitieron solo tres hits —aunque dos fueron jonrones solitarios—, caminaron a dos bateadores y, ¡se combinaron para 14 strikeouts!
Con esta convincente victoria, el próximo reto de los Astros será contra los Rangers, comenzando la Serie de Campeonato de la Liga Americana en Minute Maid Park. Sobre su perspectiva y el momento que está viviendo en esta postemporada, Abreu dio crédito a la grandeza que representa el team work de los Astros. “Creo que en la vida debemos entender que es un año diferente”, expresó refiriéndose a los nuevos retos superados por Houston en busca de retener el título de la Serie Mundial. “La vida te pondrá algunos desafíos y te lo pondrá difícil, pero este grupo de chicos son todos guerreros. Cuando son guerreros, no hay nada de qué preocuparse”.
(Foto: José Abreu/Houston Astros)
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