La mayoría de nosotros hemos aprendido hace mucho tiempo que la postemporada es, dondequiera que se juegue, un desafío de “sobrevivir y avanzar”.
En el pasado del béisbol cubano, ese concepto se traducía de muchas maneras por los managers:
(1) Encontrar al menos dos o tres “caballos de batalla” que encabezaran la rotación.
(2) Líderes positivos dentro del grupo que pudieran asumir las responsabilidades en momentos donde se necesitara bajar las tensiones.
(3) Bateadores que pudieran cambiar el rumbo del juego con sus batazos o corredores excepcionales y, lo que no podía faltar:
(4) Una línea central clásica, cuya combinación de double play brillara a la par junto con la destreza de cátcher y jardinero central.
Actualmente, cuando vivimos la segunda década del siglo XXI, la esencia del juego no es precisamente lo que ha cambiado, sino la filosofía de cómo ganar partidos de béisbol. Hace 31 años, Henequeneros al mando del legendario manager Gerardo “Sile” Junco, ganó su segundo título consecutivo con apenas tres abridores: Jorge Luis “Tati” Valdés, Carlos Mesa y Jorge Antonio Martínez. Ellos tres, se combinaron para cubrir 61 de los 66 innings lanzados por toda la rotación en seis victorias durante siete partidos.
Las actuaciones de la dupla de zurdos Tati Valdés y Mesa, fueron el ejemplo de lo que significaba contar con dos verdaderos “caballos de batalla”. Tati lanzó para marca de 3-0, con 1.63 de efectividad, 20 ponches y apenas tres boletos. Mesa registró 2-1, 1.20 PCL, con 21-7 en la proporción de ponches y bases por bolas. Si exploramos las restantes actuaciones de los lanzadores en la década de los noventa, podemos encontrarnos con la preponderancia de los staff que dependían totalmente de sus abridores. Granma, a finales de la década, intentó atravesar la postemporada de 2000 con nueve brazos.
Sin embargo, de los 66 innings acumulados por el equipo, 46 ¹/₃ (el 70%) fueron asegurados por los brazos de Ciro Silvino Licea (19 ⅔ IP), Alfredo Fonseca (16) y Ernesto Guevara Ramos (10 ⅔ IP), quienes abrieron los siete partidos. El resto del staff, acumuló la misma cantidad de entradas que Ciro Silvino, 19 ⅔.
A día de hoy, cuando han pasado más de dos décadas, podemos apreciar el acelerado movimiento de la evolución: de los 15 abridores que han utilizado ambos equipos durante todo el año, 11 han tenido al menos una actuación como relevista.
En Matanzas, abridores como Noelvis Entenza y Yamichel Pérez no sólo se han ajustado para moverse en ambos roles, sino que también han sido dos de los principales relevistas durante los últimos tres años, donde los Cocodrilos han llegado a discutir el título nacional. Durante los 75 partidos de la temporada regular, Granma fue uno de los equipos que menos cambió de roles a sus abridores pero, aun así, tres de sus seis abridores tuvieron acción en la doble función: Yoel Mojena (17 aperturas y dos relevos), Erluis Blanco (6/6) y Manuel Ernesto Frómeta (3/11).
Con la serie igualada 1-1, la entrada del zurdo Naykel Yoel Cruz fortalece el staff de los Cocodrilos, que contarán con otro zurdo, Dariel Góngora, para iniciar el importante Juego 3 este martes en el estadio Victoria de Girón. Los Alazanes enviarán al montículo al diestro Yoel Mojena, que no ha podido establecer su mejor comando durante sus últimas dos apariciones como relevista. Mojena es un lanzador que depende totalmente de su control, ya que sus armas no suelen obtener altas tasas de swings fallos en los bateadores. Aun así, una de sus grandes virtudes durante el salto de calidad que ha experimentado en las últimas tres campañas nacionales, está en la durabilidad de sus aperturas.
Para este Juego 3 con un bullpen que ha sido bombardeado—están lanzando para 10.13 PCL—, los actuales campeones nacionales están ávidos de recibir una salida de calidad de Mojena. Si de probabilidades se trata, es difícil predecir el béisbol, pero el picheo de los Cocodrilos se fortalecerá bastante con el balance que pueda ofrecerle Naykel Yoel Cruz como principal relevista zurdo, además de un diestro experimentado como Noelvis Entenza.
Dado el manejo del manager de los Cocodrilos, Armando Ferrer, tampoco se pudiera descartar que en algún partido disponible envíe al montículo a lanzadores abridores como Yamichel Pérez y Dariel Góngora. A finales de la temporada regular, Ferrer comenzó a hacer ajustes en ese sentido, probando a sus principales lanzadores en ambos roles, y el resultado fue satisfactorio en la lucha por llegar a los playoffs.
Ahora que tiene todas sus armas letales a disposición, esa mentalidad no cambiará. Los Alazanes, por supuesto, no están lejos si de potencial de bullpen se trata, pero Kelbis Rodríguez y Carlos Santana no tuvieron actuaciones convincentes durante los Juegos 1 y 2, respectivamente.
Una vez más, el trabajo comenzará por el principal lanzador del partido, el abridor. Pero, a día de hoy, en playoffs, donde el ritmo obliga a “vencer o morir” y el manejo del picheo ha cambiado considerablemente, la eficiencia en el bullpen volverá a marcar el camino hacia el título nacional.
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