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Opening Day 2022: Bullpenning y el reto de los Toros


Miguel Borroto/Foto: Calixto N. Llanes

Sí, comenzamos a entrar en un territorio estresante para los managers: Bullpenning. ¿Qué significa? Ese ajedrez beisbolero con el cual los managers y coach de pitcheo intentan resolver “ventajas” y “desventajas”. Y precisamente en esas dos últimas palabras, viene la raíz del problema para la mayoría de los equipos en la Serie Nacional cubana.


A diferencia de otras ligas, el término de “Bullpenning” aún parece inadaptable en la práctica de los equipos del béisbol cubano. ¿Cuál es la razón? Aún hay muy pocos staff de lanzadores que logran reunir a seis o siete relevistas dominantes para establecer un verdadero “Bullpenning” situacional. La realidad es que, en vez de usar a los lanzadores con un plan estratégico preconcebido, los equipos se ven forzados a romper “estándares” como esperar al octavo inning para activar al preparador y luego enviar al montículo al cerrador en el noveno.


Al sufrir los problemas de durabilidad de los abridores, los bullpens se ven expuestos a un exceso de responsabilidad, y esa tendencia ha subido ligeramente en las últimas dos temporadas. De un promedio de 41.3% de innings cubiertos por los relevistas durante el más reciente lustro, los resultados de las últimas dos series han ascendido hasta 41.5%.


Aquí puedes apreciar la oscilación año tras año durante la última década:

Porcentaje de innings trabajados por todos los relevistas

52 SNB: 41.1%

53 SNB: 41.8%

54 SNB: 44.5%

55 SNB: 43.0%

56 SNB: 41.8%

57 SNB: 40.6%

58 SNB: 40.9%

59 SNB: 41.7%

60 SNB: 41.4%


Quizás no debamos asumir que las temporadas donde aumentó la tasa de innings cubiertos por los relevistas hayan sido las más ofensivas, porque a veces los managers usan más el bullpen cuando cuentan con potencial para trazar su estrategia.


Analizado parte del contexto de “Bullpenning” y lo que realmente significa en el béisbol cubano, volvamos a la temporada actual, para darle un vistazo a los peores bullpens proyectados: Isla de la Juventud (6.86), Guantánamo (6.42), Holguín (6.38) y Las Tunas (6.15), todos fueron altamente vulnerables, admitiendo más de 6.00 ERA en la pasada temporada. Pero ahora vamos a analizar a los Toros de Camagüey, y la principal razón es que permitieron el segundo OPS (.885) más alto de toda la liga en la 60 Serie Nacional.


Aun así, el poder que mantuvo a los Toros en la discusión por un boleto a los playoffs, fue su consistente ofensiva, porque incluso su defensiva fue ineficiente con 33.0 Factor de Rango, quedando rezagada en el 15to puesto de la campaña. En la temporada regular, Camagüey permitió 5.4 carreras por partido, pero anotaron 6.5. El gran problema para este año es notable, pues los dirigidos por Miguel Borroto no contarán con cuatro jugadores claves en la alineación, los casos del intermedista Humberto Bravo, el inicialista Leonel Segura, el talentoso leftfielder Loidel Chapellí Jr. y el antesalista Yandy Yanez.


Sin ellos, la fórmula ofensiva de los Toros ya no será igual, aunque vale señalar que aún tienen potencial para luchar. No creo que la mayoría de los staff de pitcheo dejarán a los Toros con apenas cinco hits como sucedió este martes en el Opening Day ante los Gallos de Sancti Spíritus. Dos de esos imparables remolcaron las únicas carreras del equipo: Los bambinazos solitarios de Luis González y Leslie Anderson, quien se quedó a un jonrón de los 100 en Series Nacionales.


Ningún bateador de los Toros pudo producir multi-hits ante la dupla de los diestros Yankiel Mauri (lanzó seis innings dominantes) y el relevista José Luis Brañas. Después de que el santiaguero Ángel Luis Márquez lanzara una excelente apertura propinando cinco ceros, el bullpen de los Toros no pudo contener la ventaja. Los Gallos comenzaron a picar con un rally de tres carreras en el sexto—una sola a la cuenta de Márquez—, producidas por sencillo de Yunier Mendoza y doble de Alberto Rodríguez.


Al inning siguiente, Mendoza y Rodríguez repitieron la dosis ofensiva, luego de un par de dobletes remolcadores de Rodolexis Moreno y Daviel Gómez. Cinco de los seis relevistas de los Toros permitieron al menos una carrera y se combinaron para tres innings donde soportaron ocho carreras (seis de ellas limpias) y 13 embasados (ocho por hits, cuatro por boleto y un deadball).


En un primer juego donde los Toros no pudieron contar con la producción de Yordanis Samón, quien se recupera tras dar positivo a la COVID-19, las averías del bullpen volvieron a ser fatales, escenario que podría repetirse varias veces en esta temporada si la ofensiva no apoya el trabajo de una rotación ineficiente.


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