Bienvenidos una vez más, tras una larga ausencia, a la sección Mi Turno al Bate, una sección que gustó mucho a seguidores durante su época de publicación en nuestro sitio y que ahora retorna con el inicio de la II Liga Élite del Béisbol Cubano (LEBC).
Y si de este torneo hablamos, pues que se puede decir. El evento, que compite en prestigio con las extintas Series Selectivas y todas las infructuosas versiones creadas después, no podemos esperar que pegue de igual manera que aquellos previos torneos. Son harta conocidas las razones, pero tres resaltan a la vista: la actual infraestructura del béisbol cubano que se mantiene inmovible, el sistema de pago a los atletas y la más importante, sus propios jugadores. Dos nuevas han sido positivas para esta edición, el regreso de los horarios nocturnos para casi todos los encuentros y el permitir que jugadores cubanos que juegan en ligas extranjeras se incorporen al sistema beisbolero de la isla, sin tener que enfrentar otras barreras por medio. Sin embargo, la propia estructura del evento conspira con su propio futuro. Fue fatídico el inicio de este evento élite el pasado año, cuando se perdió un tiempo inmensurable buscando una identidad para los elencos en competencia. Al final y como era de esperar, un fracaso se produjo y el torneo no pegó, sobre todo por la falta de identificación de los aficionados con los conjuntos en competencia. Ahora, con una nueva estructura de clasificación para el mismo, con el avance a este de los primeros seis equipos de la previa edición de la Serie Nacional, la Liga Élite, pese a que gana en seguimiento de la afición, se convierte en un evento muy parcializado, con solo seis regiones del país en competencia y tres estadios involucrados en la misma. Si usamos el actual torneo nacional y el nuevo torneo recién iniciado, encontraremos que regiones como por ejemplo Camagüey, cual elenco no clasificó a la II Liga Élite, su afición deberá esperar casi 8 meses para volver a ver a sus parciales o al menos béisbol en su principal sede, el estadio Cándido González. ¿Se gana verdaderamente con esto en nuestro béisbol que busca el propio rescate de este? No lo creo en lo absoluto. Por demás, la idea de clasificar para este evento con el reforzamiento posterior de los conjuntos es otro disparate, por decir menos. No solo se pierde en identidad de los conjuntos en competencia, sino que también nunca podremos hablar de una estructura organizada de nuestros torneos, con el constante cambio de elencos en cada edición de este. Como muchas veces sucede, pensar demasiado no siempre conduce a encontrar las mejores soluciones. Siempre he sostenido que, si en realidad se buscaba rescatar un torneo de mayor calidad que aglutinara lo mejor del béisbol que juega en la isla, ¿por qué no rescatar a las mismísimas Series Selectivas? Se pudo haber creado un torneo igualmente de seis o mi preferido, de ocho conjuntos, y con esto se garantizaba que la afición pudiera regresar a apoyar a aquellos emblemáticos elencos que por tanto tiempo dieron brillo a la pelota en la isla, con los cuales existía una conexión territorial, por demás garantizando que al menos cada territorio de Cuba viera acción en este y algo de lo más importante, se mantuviera una continuación histórica en estructura y seguimiento estadístico del propio evento selectivo y sus jugadores. Es como pienso.
Pese a mi frustración, vamos a lo que tenemos, la Liga Élite que, en su segunda edición, sin duda tendrá un nuevo campeón. En las dos primeras semanas de competencia se han visto buenas cosas, pero por supuesto uno de los temas siempre latentes desde la puesta en marcha de este torneo el pasado año, es la poca asistencia a los estadios del país. Hasta ahora con fluctuaciones de entre 500 a 3000 aficionados a los juegos, más o menos, el torneo sin duda no muestra lo que su puesta en marcha significaba. Sin embargo, este “mal” es algo común en casi todas las ligas invernales del Caribe, en donde a no ser exista un gran incentivo por la presencia de un renombrado jugador en una nómina, o el elenco se encuentre en una batalla por avanzar a la etapa de play off del torneo, no grandes aficiones se reúnen día a día para dar seguimiento al evento. Y esta situación, al igual que en Cuba, cambia cuando llega la etapa decisiva o postemporada. ¿Cómo revertir tal situación? En República Dominicana en donde la LIDOM – la liga profesional del país – ha presentado el mismo problema por años, se ha buscado cambiar tal problemática ofreciendo incentivos que hagan a los aficionados regresar a los estadios. ¿Qué tipos de incentivos? Bueno desde la reducción en ocasiones de los precios de los boletos – no es el caso de Cuba – hasta el obsequio de souvenirs, aumento de la oferta de comidas en estadios y rebaja en el precio de las mismas, cambio en algunos horarios de los juegos y, uno de los más importantes, la creación de mayores facilidades de transporte para fanáticos durante los encuentros. Por supuesto, las realidades económicas de estos dos países son completamente diferentes, pero mi objetivo es dejar claro que esto no es un problema aislado de la Liga Cubana, es un problema generalizado en las ligas caribeñas, sobre todo después de que las grandes estrellas de estos países no toman parte en los torneos. Y, por cierto, para alguien que presenció juegos de la extintas Series Selectivas de béisbol, las cuales lograron su pico más alto durante la década de los 80 del pasado siglo, ni siquiera ese torneo, con lo mejor de lo mejor de Cuba jugando en el mismo, reunía grandes aficiones cada noche en los estadios de Cuba.
De la II LEBC pues, aunque es temprano para emitir favoritos, sin duda Sancti Spíritus e Industriales parecen encaminados a dar batalla y ubicarse entre los cuatro aspirantes a la postemporada y por ende al título. Los Azules, subcampeones nacionales de este año, han tenido un buen inicio y, al igual que espirituanos y santiagueros, son los únicos elencos que no han perdido una subserie todavía. En la más reciente subserie, los capitalinos igualaron a dos en el choque de lujo ante su eterno rival, las Avispas de Santiago de Cuba, mientras los Gallos se llevaron dos de tres ante los Cocodrilos de Matanzas. Pero un mayor incentivo – y posiblemente mucha más afición de la vista hasta ahora en los estadios – se pudiera ver, cuando a partir de este viernes los dos líderes se vean las caras en, además, el debut de Industriales en el Coloso del Cerro. Los choques están pactados viernes y domingo desde la 1:30 de la tarde, mientras sábado y lunes las acciones serán nocturnas, 6:30 pm.
A simple vista no se puede descartar a ningún conjunto, Santiago de Cuba, tras un inicio en donde cayó en sus dos primeros encuentros ante Matanzas, se recuperó y al igual que ante Azules, logró sacar una igualada en sus dos subseries particulares, muestra de que, si el elenco es capaz de jugar bien ante sus parciales, no cabe duda de que se ubicará como uno de los aspirantes al título. Matanzas, por su parte, pese a la notoria ausencia de Erisbel Arruebarrena, posee una nómina que debe reportar dividendos, sobre todo tras la entrada del internacional Rusney Castillo. El propio Castillo, tras una ausencia de 10 años en torneos del patio, busca no solo recuperar algo del aura que una vez le facilitó un contrato de Ligas Mayores, sino también un regreso con el elenco nacional de Cuba, como en una época cuando resultaba uno de los mejores jardineros del país.
La gran sorpresa para muchos es el paso inestable de Las Tunas, el vigente campeón nacional de Cuba, que no da pies con bolas y ha caído en cinco de los ocho encuentros que ha jugado. El elenco, con refuerzos incluidos, muestra material suficiente para convertirse en el primer conjunto en lograr un doblete – título en ambos torneos cubanos - en la actual estructura beisbolera de la isla.
El equipo que sí deja dudas para sus aspiraciones de campeonato es Artemisa, que, aunque marcha igualado con tuneros en el sótano, deberá realmente probar que puede ir más allá de un quinto puesto, en un evento que no da pie a muchos tropiezos y que el 25 de diciembre estará cerrando sus puertas en la etapa clasificatoria.
Estadísticas históricas…Algunas notas del torneo nos indican que en los numeritos históricos la batalla entre Yordanis Samón y Frederich Cepeda por el liderato de dobles de nuestra pelota se mantendrá. Ambos jugadores terminaron la 62 Serie Nacional igualados con 446 dobles, y pese a que Samón tomó el liderazgo y ahora marcha a la cabeza con 448 tras sus dos acumulados en la LEBC, Cepeda no lo piensa dejar escapar y con 447 le sigue de bien cerca los pasos… Otro que sigue elevando cifras históricas es el tunero Danel Castro. Con sus 29 Series Nacionales a la espalda, Castro ya tiene 6 hits en la Liga Élite y ahora eleva a 2477 su acumulado como líder indiscutido del departamento, una cifra que ya de por sí parece intocable en la actual pelota de Cuba… Al igual, otros dos veteranos bateadores también seguirán subiendo posiciones en cuanto a hits nos referimos.
Los espirituanos Frederich Cepeda y Yunier Mendoza están en la batalla por quedarse en las posiciones dos y tres del departamento histórico. Ambos poseen seis indiscutibles en el evento élite y con ello Cepeda (2368) está a solo 10 de igualar al capitalino Enrique Díaz en la segunda posición, mientras tanto, Mendoza, con 2329, todavía tiene mucho trabajo por delante para alcanzar al Capitán de Capitanes, Antonio Pacheco (2356), en la cuarta posición histórica… Alguien que también muestra ansias de adicionar numeritos, en este caso en la columna de los triples, resulta el matancero Ariel Sánchez. En este momento el laborioso y útil jardinero acumula 65 batazos de esta índole, lo cual lo muestra igualado con uno de sus tíos, el gran Fernando Sánchez, y el retirado Eduardo Paret, en la octava posición de todos los tiempos. Un triple más y Ariel dejará atrás a un familiar y, de ser atrevido y tener una enorme campaña, bien pudiera dar alcance a su otro tío, Wilfredo Sánchez, quien con 69 marcha anclado en el 6to lugar de por vida en nuestra pelota. Pero siendo realistas, lo más probable sea que tengamos que esperar a la venidera temporada cubana 2024-2025 para ver algo de esto echo realidad, si consideramos que el propio Ariel solo disparó dos triples en 74 juegos durante la pasada 62 Serie Nacional.
Rapiditas…Pinar del Río no aparece como conjunto en la II Liga Élite pero uno de sus representantes, el torpedero Juan Carlos Arencibia, viene dando de que hablar con sus .538 (26-14) de promedio a la cabeza de todos los bateadores en el torneo…Es cierto que tuneros y artemiseños aparecen a la cola de la tabla de posiciones del presente torneo, sin embargo, son los dos elencos que más jugadores colocan entre los 20 primeros en promedio de bateo, con la mitad de estos entre ambos, a cinco por conjunto…
Raico Santos, jugando por Industriales, aparece como un sorpresivo líder jonronero (2), igualado con el tunero Yosvani Alarcón y el también capitalino Ariel Hechavarría, por demás, Raico también sorprende con un enorme 1.571 de OPS a la cabeza de esta II LEBC…Y el derecho Yankiel Mauris se ha tomado en serio su labor de cerrador en la pelota de la isla. Tras su incursión en los Juegos Panamericanos como uno de los relevistas del elenco cubano con actuaciones altibajas pero sin repercusión negativa alguna para el equipo, Mauris ahora busca dar una señal de que puede asumir mayores responsabilidades y ya anda por 3 salvamentos como líder absoluto del torneo recién iniciado. Sin duda, su presencia en el estadio Latinoamericano a partir de este viernes será seguida de cerca por el alto mando de los Gallos, en las aspiraciones del conjunto de llegar lejos en el torneo…
Del pasado…Nunca se jugó una Serie Selectiva o torneo élite alguno de la pelota antillana en época invernal en la isla desde 1962 a la fecha. Las extintas Series Selectivas y todas sus versiones, generalmente daban inicio entre los meses de febrero-marzo de cada año…Tres series de play off o series extras para decidir el título se jugaron durante los torneos selectivos en la isla. En las ediciones de 1978 (Las Villas-Pinar del Río), 1989 (Las Villas-Ciudad de la Habana) y 1992 (Serranos-Ciudad de La Habana). En todas ellas ganaron los elencos del oriente y centro del país, con Las Villas imponiéndose a Pinar del Río 3-2 en 1978, Las Villas nuevamente logrando el título 2-0 sobre Ciudad de La Habana en 1989 y Serranos dejando a Ciudad de La Habana con las ganas 4-3 en 1992.
¿Héroes más recordados de cada una de estas series?, sin duda Pedro José “Cheíto” Rodríguez en 1978 con su histórico cuadrangular ante Rogelio García en un abarrotado estadio Latinoamericano, Antonio Muñoz, José R. Riscart y Adiel Palma en 1989 por Las Villas, el primero con su desbordado bateo y los otros dos parando en seco a un elenco que era favorito precompetencia pero que se desvaneció en los finales, y los brazos de los derechos Giorge Díaz y Osvaldo Duvergel dejando en una solitaria carrera y siete hits a los capitalinos en los juegos 6 y 7 de la serie en 1992, remontando una serie que parecía decidida, logrando el triunfo en los propios predios del estadio Latinoamericano ante una incrédula afición…Y nos vemos en nuestra próxima entrega.
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