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Lo mejor del siglo XXI: Los brazos devoradores del staff de pitcheo de Pinar del Río — 2000-2001



Como nunca es tarde si de historias, recuerdos y análisis del béisbol y sus protagonistas se trata, descubre a través de esta columna de “Lo Mejor del Siglo XXI” qué jugadores merecieron los mayores honores por sus actuaciones madero en mano, y quiénes fueron los lanzadores más consistentes del juego. ¡No habrá límites en nuestra cobertura! ¡Espera cada entrega! Simplemente, ¡playball!

 

No eran brazos que solamente estaban diseñados para ganar: El staff de pitcheo de Pinar del Río en la temporada 2000-2001 contó, a inicios del siglo XXI, con una de las rotaciones más devoradoras de bateadores en la historia de las Series Nacionales.


De hecho, cualquier referencia del dominio de aquel cuerpo de pitcheo podría asombrarnos, sobre todo cuando iniciaron la década de 2000 con 123 victorias en 180 juegos. Sin embargo, aunque el staff de 2002 implantaba para entonces el nuevo récord de 64 victorias en una Serie Nacional, la rotación de un año antes ha trascendido sin comparación hasta el presente.


¡Strikes! ¡Strikes! ¡Strikeout!

Con apenas 10 lanzadores que se repartieron 812 innings, el cuerpo de pitcheo de Pinar del Río hizo historia durante la 40 Serie Nacional, a inicios de este siglo XXI. Y, aunque posiblemente con un solo número pueda recordarte que nivel de dominio distinguió a aquella rotación bajo el mando del manager Jorge Fuentes, esto fue lo más increíble: ¡Propinaron 783 strikeouts!


Sí, ¡impresionante! Pero todo es aún más extraordinario cuando te adentras en qué significó ese triple dígito con más de 2,350 strikes: Ningún otro staff en la historia ha estado ni relativamente cerca. ¿Quién se ubica detrás de esa abrumadora marca de “Ks!”? Aquí están los 10 equipos más cercanos, si no consideras desequilibrado ese adjetivo:


Serie/Equipo/Strikeouts/Diferencia

  1. 40 SN/2000-2001: Sancti Spíritus, 676 K, 107

  2. 7 SN/1967-1968: Industriales, 669 K, 114

  3. 40 SN/2000-2001: Habana, 656 K, 127

  4. 42 SN/2002-2003: Cienfuegos, 651 K, 132

  5. 7 SN/1967-1968: Camagüey, 643 K, 140

  6. 8 SN/1968-1969: Industriales, 642 K, 141

  7. 8 SN/1968-1969: Habana, 640 K, 143

  8. 48 SN/2008-2009: Habana, 628 K, 155

  9. 47 SN/2007-2008: Habana, 616 K, 167

  10. 39 SN/1999-2000: Sancti Spíritus, 611 K, 172

Eso es: ¡La palabra diferencia resulta un poco cínica en este contexto! Con ese 13.5% sobre su primer ‘supuesto’ seguidor, Pinar del Río no sólo se inscribió en la historia como el staff de pitcheo más ponchador: También dejó una huella tan grande como el Océano Atlántico entre las rotaciones más consistentes de todos los tiempos en el béisbol cubano.


Una cultura tradicional: Devorar bateadores con eficacia

Entonces, ni siquiera necesitamos recordar lo difícil que fue reunir a tantos lanzadores eficientes, capaces de evitar la principal función de un bateador, poner la bola en juego. Pero detrás de ese incomparable resultado histórico, también es justo honrar con la debida mención a quienes han sido entrenadores capaces de inculcar el enfoque de la “eficacia” como una cultura del pitcheo en Pinar del Río.


Así que no podemos atribuir todo el crédito a las virtudes, el pensamiento estratégico avanzado, ejecución y maestría de los grandes lanzadores pinareños, porque detrás de ellos también ha habido excelentes entrenadores de pitcheos y recuperadores de brazos como el sabio profesor José Manuel Cortina.


En su actuación general, aquel staff pinareño de 2000-2001 demostró las principales fortalezas que podría exhibir un gran cuerpo de pitcheo: Lanzadores bien preparados físicamente, que pudieron sostener la carga de varios innings durante todo el año.

Pocas lesiones, una rotación que devoró a sus rivales y, además de ponchar consistentemente, sus brazos esculpieron extraordinarias tasas de 2.9 BB9 (bases por bolas por cada nueve entradas), 8.7 H9 (hits por cada nueve innings) y 1.29 WHIP (embasados por boletos y hits permitidos).


José A. Contreras (izquierda) y Pedro L. Lazo, dos abridores derechos de respeto.

Aunque los Vegueros contaron con un grupo sobresaliente, hubo tres grandes ponchadores que se combinaron para 486 strikeouts en 448 innings, lo que trascendió como el 62.1% del total de 783 K: La dupla de derechos José Ariel Contreras y Pedro Luis Lazo, y el zurdo de la curva “endemoniada”, Faustino Corrales. De hecho, aunque se registraron varias joyas de pitcheo durante todo el año, nada se comparó con la mágica noche donde Faustino explotó en su máxima expresión aquella gran curva que encabezaba su depurado repertorio: El 20 de diciembre de 2000, le propinó 22 strikeouts a Holguín en el estadio Capitán San Luis, rompiendo el récord de otro zurdo estelarísimo, Santiago “Changa” Mederos, quien había registrado 20 ponches ante Camagüey el 30 de enero de 1969.



Contreras ponchó a 188 oponentes, Lazo a 124 y Faustino burló los swings de 174, para marcar estos porcentajes del total: 24.0%, 15.8% y 22.2%, respectivamente. Además de esa marca extravagante, luciendo el único staff que ha logrado contar con tres lanzadores capaces de ponchar al menos 120 oponentes, hay otras tendencias reveladoras: ¡El resto de los pitchers del staff, ponchó a 297 bateadores en 364 innings!


O sea que, detrás del trío “Contreras-Lazo-Faustino”, quienes acumularon tasa de 9.7 strikeouts por cada nueve innings, los siete lanzadores restantes de la rotación marcaron un admirable 7.3. De manera individual, los 10 pitchers del staff mantuvieron porcentajes de strikeouts de al menos 16%.


Alay Soler exhibió una tasa de 13.5 SO9 contra 167 oponentes, mostrando un adelanto del talento con el que fue capaz de lanzar para marca de 7-0 al año siguiente. Ismael Cortina, Omar Ajete (en su última temporada) y Raidel Miranda también fueron ponchadores consistentes sobre el ritmo de 7.0 SO9 (Ponches por cada nueve innings), mientras Orestes González, uno de los principales relevistas del staff, acumuló aceptable tasa de 5.9 SO9 en 92 ⅔ inning —acumulado superior a 31 abridores que iniciaron al menos 10 juegos—.


¿Sabes cuántos equipos han logrado tener al menos 10 pitchers con ese mínimo en sus tasas de ponches durante las últimas tres décadas?: Aparte del staff de Pinar del Río, que se fue de 10-10 en 2000-2001, el de Industriales dirigido por Rey Vicente Anglada en la 43 Serie Nacional —tuvo 10 de 13 pitchers con tasas superiores al 16% en strikeouts—.


En comparación con el año anterior (temporada 1999-2000), los 10 pitchers que conformaban el staff de los “pativerdes” en la 40 Serie Nacional obtuvo 151 ponches más, y 155 sobre el del año siguiente. Si exploramos las tasas por cada nueve innings en todas las temporadas de la historia (1962-2019), es fácil apreciar cómo el registro de 8.7 SO9 (ponches por cada nueve innings) de Pinar del Río fue único:


40 SN/2000-2001: Pinar del Río, 90 (juegos): 8.7

10 SN/1971: Habana, 66 (juegos): 7.9 40 Serie: Sancti Spíritus, 90 (juegos): 7.8

10 SN/1971: Mineros, 66 (juegos): 7.6 35 Serie: Pinar del Río, 64 (juegos): 7.5

42 SN/2002-2003: Cienfuegos, 90 (juegos): 7.5

40 SN/2000-2001: Habana, 90 (juegos): 7.4

9 SN/1969-1970: Industriales, 66 (juegos): 7.4 11 Serie: Mineros, 66 (juegos): 7.2 41 Serie: Pinar del Río, 90 (juegos): 7.2


En ese ranking no aparece el equipo de Occidente que marcó 8.3 SO9 en la primera Serie Nacional (1962), porque la hazaña trascendió en apenas 28 aperturas, el 56% de las 50 consideradas aquí.


Más que el talento del strikeout

Es importante saber esto: Además de ponchar, el staff de Pinar del Río en la 40 Serie Nacional mantuvo un nivel admirable de dominio. Con apenas cinco brazos de su rotación, acumularon el 77% de las 812 entradas en 90 juegos. Pero, además de ponchar, la mezcla de pitcheos fue capaz de generar rodados de sus rivales en el 54% de las bolas que pusieron en juego.


Durante 90 aperturas en la temporada regular, el staff pinareño dejó a 14 de sus 15 teams rivales con un promedio de al menos .290, a 12 con OBPs (porcentaje de embasados) inferiores a .350 y 10 de 15 nunca pudieron registrar sluggings mayores de .375. A los rivales de su Grupo “A”, Matanzas (88), Metropolitanos (78) e Isla de la Juventud (64), les propinaron 230 strikeouts en 30 juegos, el 29.3% del total (783).


El mínimo de ponches sobre bases por bolas (SO-BB) fue de 22 contra Villa Clara, producto de 38 strikeouts y 16 bases por bolas frente a 208 bateadores. Apartando la ofensiva de los “naranjas”, quienes presentaron el único lineup que bateó con soltura contra el staff pinareño —produjeron para línea de .350/.422/.563—, el resto de los equipos no pudo ser igual de consistente.


Ahí entra el admirable talento de un grupo que se caracterizaba por lanzar “tenedores” y “sliders” devastadoras —¿recuerdas los estragos que hacían dichos pitcheos y cómo Contreras y Lazo agobiaban los swings de sus contrarios?—, aderezando el repertorio de varias bolas rápidas humeantes. ¿Y quién podría olvidar la curveball de Faustino? Insuperable. Única. Demoledora.


En aquella temporada de 2000-2001, el zurdo de Mantua que inmortalizó el número “21”, ponchó a bateadores de los 15 equipos que enfrentó y dejó a 13 promediándole .259 o menos.


Matchups!

Sí, aquí hay algunos “matchups” que ningún bateador desearía recordar: Hubo 56 oponentes devorados al menos tres veces por pitcheos inalcanzables de los lanzadores pinareños durante la temporada de 2000-2001. Pero, dada la extensión de la lista, escogí estos 14 rivales que se poncharon al menos cuatro veces en cualquier estación de la temporada.


Ariel Borrero (Villa Clara) y Michel Rodríguez (La Habana) encabezaron esta lista, tras recibir seis strikeouts, respectivamente. Además de ellos, hay otros buenos bateadores aquí. El centerfielder de Industriales, Yasser Gómez, fue uno de ellos, y ahora recuerdo perfectamente aquel partido de playoff donde su bate apenas pudo rozar la curva de Faustino.


Si miras solamente el average de .333 de Javier Méndez contra Pedro Luis Lazo en ¼ de Finales, quizás obvies el lado más difícil de aquellos turnos: ¡Lazo lo ponchó en sus cuatro fallos!


Michel Abreu fue otro talentoso bateador sofocado por Contreras a base de slider, tenedores y cambios de velocidad, aunque también probó algo de éxito. ¿Ya detallaste estas atenciones especiales?: Lazo contra Michel Enríquez… Contreras contra Yohandry Urgellés (en su segundo año)… y Faustino con esos cinco strikeouts en siete turnos contra Yoanis Pérez.


Simplemente, ¡poder! ¡Definición! Y, aunque es cierto que aquel gran staff pinareño no pudo controlar a la “Aplanadora santiaguera” en la final de la 40 Serie Nacional —lanzando para 6.86 ERA durante apenas cinco juegos—, de cualquier manera una actuación tan memorable merece ser recordada por su impacto en lo que va del siglo XXI. De hecho, a excepción de Lazo, Contreras (11 K en 13 ⅔ IP) y Faustino (13 K en 11 ⅔ IP) mantuvieron sus altas tasas de strikeouts, sobresaliendo en una rotación que ponchó a 117 oponentes tras 121 innings en la postemporada de 2001.


Al final, con los 117 strikeouts en los playoffs, la cifra ascendió hasta 900 K’s en los 104 juegos de toda la temporada, uno de esos registros que siguen siendo irrompibles entre las actuaciones más memorables de este siglo XXI en el béisbol cubano.


(Fotos: Archivo de BaseballdeCuba)

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