Loidel Chapellí Sr. tenía la oportunidad de ganar el liderazgo de las carreras impulsadas en la temporada 2003-2004, cerrando una de las disputas más recordadas entre remolcadores en la historia de las Series Nacionales.
En caso de que no hayas vivido aquel momento, esta era la expectativa que despertaron tres bateadores con 67 RBIs antes del juego número 90 de la 43 Serie Nacional:
Aquel domingo 14 de marzo de 2004, Chapellí Sr. (Camagüey), Yosvany Peraza (Pinar del Río) y Osmany Urrutia (Las Tunas) estaban empatados con 67 RBIs. La primera sorpresa de la tarde, fue que Urrutia no aparecía en el lineup del duelo entre Las Tunas vs. Camagüey, donde se esperaba el desafío ante Loidel Chapellí Sr.
En el estadio Capitán San Luis de Pinar del Río, Peraza sí aparecía como cuarto bate para medirse contra el zurdo de los Cocodrilos de Matanzas, Jorge Endry Castellanos. Sin embargo, tras irse de 1-1, el clásico “46” de los Vegueros salió del partido sin RBIs, en un desafío donde Castellanos ponchó a 11 pinareños en ocho entradas.
Cerca de las cuatro de la tarde, Chapellí Sr. terminaba su juego de 4-2, pero no logró impulsar carreras contra los diestros tuneros Damichel González y José Miguel Báez. Entonces, a las 4:09 PM, ya podíamos decir que el desafío por liderar las RBIs en la 43 Serie Nacional había terminado.
Sí, ¡tres bateadores se quedaron con 67 RBIs!
Obviamente, hubo un titular por encima de los otros, y fue Urrutia debido a sus 303 apariciones en home acumuladas, logrando las 67 RBIs en menos oportunidades que Chapellí Sr. (377) y Peraza (369).
Desde entonces, en lo que va del siglo XXI, hemos tenido sólo dos temporadas más donde dos bateadores calificados terminaron con un mismo registro en sus RBIs: Eriel Sánchez (369 PAs) vs. Antonio Scull (383 PAs) en 2005 y, nueve años después, Yulieski Gurriel (361 PAs) y Yadiel Hernández (377).
Como notarás, en ninguna de esas dos ocasiones hubo un triple empate. Sin embargo, viendo la disputa entre varios bateadores en esta 60 Serie Nacional, cabe preguntarse si volveremos a disfrutar un final tan emocionante como en 2004.
Lo sé, no es la misma época. El rendimiento del pitcheo ha bajado de manera acelerada en varios parámetros de dominio a nivel de liga. Además, por si fuera poco, actualmente el bote de la pelota Teammate está impulsando una dosis más de impacto.
Eso, sobre todo, se puede reflejar en las bolas puestas en juego por los bateadores, que siguen dejando tendencias influyentes en la explosión ofensiva de la actual temporada. De hecho, antes de este sábado, ya se habían bateado en 430 juegos el 93.6% (592) de los 632 jonrones producidos durante 493 partidos de temporada regular el año pasado.
La diferencia en números no es tan notable como las cantidades muestran:
HR/BIP (Frecuencia de jonrones por cada bola puesta en juego)
2019: 42.14
2020: 44.82
Sí, de cualquier manera el aumento es significativo, pero independientemente de eso, los bateadores necesitan explorar varias de sus mejores habilidades ofensivas para remolcar carreras.
También vale señalar que, en casi todos los casos, los sluggers tienen más ventaja, sobre todo si juegan en un lineup rodeados de corredores rápidos. Sin dudas, son muchos los requisitos necesarios para que un bateador sea exitoso y consistente cuando se trata de definir oportunidades de remolcar carreras.
En una temporada, buena parte de las veces hay pocos bateadores que logran mantener el ritmo de sus RBIs durante toda la campaña, tal y como lo han hecho tres bateadores en esta 60 Serie Nacional del béisbol cubano: Lisbán Correa (Industriales), Guillermo Avilés (Granma) y Denis Laza (Mayabeque).
Actualmente, la diferencia que separa a cada uno de ellos es mínima: Correa lidera con 64 RBIs, pero Avilés está a una empujada de igualarlo (63), mientras Laza suma 61, dos por debajo del inicialista granmense. Por si fuera poco, no dejaría lejos de la conversación a Yordanis Samón (Camagüey), quien está a cuatro empujadas de las 60 y suma 11 juegos de multi-RBIs.
Correa (4-2, 2-HR, 4 RBIs) llegó a 64 RBIs este sábado, tras completar el primer partido en esta serie donde batea al menos dos jonrones, el segundo de ellos para empatar sensacionalmente 7-7 el score frente al relevista de los Vegueros de Pinar del Río, Frank Abel Álvarez, en el final del noveno inning después de dos outs.
Mientras, Avilés (4-3) agregó doble, su 12do jonrón de la campaña y cuatro remolques. Laza se fue sin poder producir y, Samón, se acercó al grupo élite con tres impulsadas en la derrota 11-8 de los Toros de Camagüey contra los Gallos de Sancti Spíritus.
Así pues, por lo que se aprecia, la carrera final por llevarse el título de carreras remolcadas será bastante reñida en esta 60 Serie Nacional. Hasta ahora, si tuviera que dar un favorito, sería sin dudas Lisbán Correa, sobre todo por tres razones de peso:
Entre los únicos dos contendientes que tiene cerca con más de 60 RBIs (por ahora), su ventaja en jonrones es significativa: Le saca ocho a Laza (14) y ¡10! a Avilés (12). Un jonrón, incluso siendo solitario, es una RBI.
Correa suma 20 remolcadas del empate o la ventaja, que lideran la liga ampliamente. Si alguien está cerca de producir RBIs bajo presión, como lo ha hecho el “Billy”, ¿no tiene más ventaja para asumir cualquier tipo de retos situacionales en el juego? ¡Sin dudas!
Ha acumulado 13 jonrones con corredores en bases, cifra que también lidera en la liga este año.
De cualquier manera, no dejaría fuera de la disputa ni a Avilés, ni a Laza y mucho menos a Samón. Aunque, de todos ellos, el bateador más completo después de Correa ha sido Avilés, quien seguirá contando con la ventaja de tener delante a dos bateadores que lucen OBP’s superiores a .450: Osvaldo Abreu (.458) y Raico Santos (.469).
Esa es una ineludible ventaja, pero la diferencia la marcan los bateadores. ¿Veremos otra temporada de varios empates? No lo sabremos hasta el final, ¡manténgase al tanto!
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