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Lecciones del Juego 5: La Dinastía de los Leñadores


Los Leñadores de Las Tunas se coronaron campeones en la 63 Serie Nacional, y han ganado tres de las últimas seis temporadas. (Foto: Calixto N. Llanes/Jit.cu)

Seis. Sí, creo que ese fue el número clave en el Juego 5 de la Final entre los Vegueros de Pinar del Río y los Leñadores de Las Tunas.


En las primeras tres entradas del juego, los Vegueros dejaron a seis corredores en bases. Batearon de 14-7 —¡sí, .500!— contra el abridor de los Leñadores, el novato de 19 años Yadier Zamora, pero no pudieron anotar carreras. Con apenas dos sencillos en la segunda entrada, Las Tunas abrió delante en el marcador por 1-0.

 

Héctor Castillo remolcó esa primera carrera del juego con dos outs, pero el zurdo Branlis Rodríguez dominó en fila a sus siguientes siete oponentes. Los Leñadores llegaron a la parte baja de la quinta entrada con apenas dos hits y dejaron las bases llenas. Sin embargo, Pinar del Río seguía sin respaldar a Branlis. En la parte alta del quinto empataron el score con un doble de Alexei Ramírez, y luego Wilian Saavedra, Yasser Julio González y Tailon Sánchez fueron neutralizados por el relevista Rodolfo Díaz.

 

La gran oportunidad que desperdiciaron los Vegueros no volvió a repetirse. Dejaron a 11 corredores en bases: dos en primera, seis en segunda y tres en tercera. Aun así, los oportunos relevos del diestro Jenier Álvarez (dominó a Jeans Lucas Baldoquín para cerrar el sexto inning con un corredor en segunda) y el zurdo Raudel Lazo evitaron que los Leñadores rompieran el empate 1-1 en el marcador.

 

Lazo hizo su debut en esta Final ponchando a Yuniesky Larduet. Luego caminó a Roberto Súlivan Baldoquín, pero cerró el séptimo inning ponchando a Yosvany Alarcón con corredores en primera y segunda.

 

Después de siete entradas a la ofensiva, los Vegueros registraban 11 hits, pero habían anotado una sola carrera. Esa incapacidad ofensiva que tuvo un destello de brillantez en el Juego 4, agregó presión a los relevistas ante una alineación de bateadores que estaban a punto de aplastar pitcheos. Y así sucedió, una vez más. Los Vegueros se fueron sin carreras en la parte alta del octavo, y luego los Leñadores comenzaron su escalada al trono.

 

Rafael Viñales abrió el octavo con sencillo rodado que rebotó en la almohadilla de tercera y siguió viaje hacia el left field. Denis Peña, que arrastraba un slump de 13-0, pegó un rodado al short. Tailon Sánchez fildeó y tiró a segunda rápidamente, intentando comenzar una doble matanza, pero el segunda base Rolando Martínez no pudo controlar la bola.

 

Ese pequeño desliz de Martínez dio vida a Peña, y luego Yordanis Alarcón golpeó un sencillo de línea al right que envió a Peña hasta tercera. Con corredores en primera y tercera, llegaba otro momento clave del Juego.

 

Lazo buscó la esquina exterior con una bola rápida alta y afuera, pero Jeans Lucas Baldoquín solo cabeceó. En cuenta de 1-0, Lazo preparó su principal arma, la curveball, pero esta vez dejó el pitcheo en un comando vulnerable. La bola rotó hacia el centro de la zona de strike. Y, a diferencia de Alarcón y Larduet, Jean Lucas golpeó el pitcheo con un swing de uppercut y desató un atronador jonrón que puso de pie a la fanaticada de los Leñadores.



 La bola parecía que no iba a caer y, de hecho, en un primer momento no logré distinguir dónde aterrizó. El jonrón se elevó hasta la carpintería que hay detrás del left field en el estadio Julio Antonio Mella.

 

El marcador era nominalmente de sólo 4-1, una desventaja de tres carreras que los Vegueros se acostumbraron a pulverizar durante la temporada regular. Pero realmente el impacto del jonrón era insuperable para cualquier equipo que intentaba soñar con una remontada luego de caer debajo por 3-1 en la Final. Simplemente, el juego estaba decidido. Y, siendo honestos, después de tanta inconsistencia y un empate 1-1 en siete entradas completas, solo faltaba que uno de los dos equipos diera el gran golpe.

 

La alineación de los Vegueros pegó 11 hits y anotó una sola carrera.

 

En la historia de la postemporada del béisbol cubano un solo equipo ha podido ganar 1-0 conectando 11 hits. Fueron los Tigres de Ciego de Ávila contra Villa Clara en el Juego 7 de la serie de Cuartos de Final en 2011. Aquella tarde Vladimir García venció a Freddy Asiel Álvarez por primera vez en un juego de playoffs.

 

Los Leñadores de Las Tunas agregaron dos carreras en la baja del octavo por un sencillo de Yuniesky Larduet, pero el jonrón de Jeans Lucas Baldoquín había sido suficiente para sentenciar a los Vegueros. Los Vegueros de Pinar del Río intentaron remontar, y al final perdieron con su principal relevista de esta postemporada.

 

Antes de abrir la parte baja del octavo inning y permitir el jonrón de Baldoquín, Lazo había protagonizado seis relevos casi perfectos. Ganó un juego (contra Industriales) y se apuntó tres rescates. Había tirado nueve innings en blanco con siete ponches, un solo boleto y permitió cinco hits, todos sencillos.

 

La otra actuación clave de los Leñadores fue el relevo de Rodolfo Díaz, que parece haber quedado un tanto opacada por el ataque ofensivo al final del juego. Díaz permitió una carrera limpia en cinco entradas y no regaló boletos.*

 

*Probablemente si el left fielder Denis Peña hubiera reaccionado más rápido cuando recogió el doble de Alexei Ramírez al left field, Juan Carlos Arencibia no hubiese anotado desde primera.

 

Durante todo el año, Díaz lideró la rotación de los Leñadores con 38 relevos, 14 rescates y 99 ⅓ entradas lanzadas—incluyendo la postemporada—. Terminó con marca de 4-5 y 3.08 de efectividad en una liga altamente ofensiva. En la postemporada, Díaz promedió 3 ⅓ entradas por cada juego relevado y fijó efectividad de 1.91. La fortaleza de su brazo fue determinante para equilibrar las responsabilidades del bullpen junto al cerrador titular Alberto Pablo Civil (registró marca de 1-0 con tres salvamentos y no permitió carreras limpias en los playoffs).

 

Las aperturas de Eliander Bravo en el Juego 1 y Alejandro Meneses en el Juego 3 ofrecieron durabilidad para no sobrecargar el bullpen, y la ofensiva volvió a ser el principal potencial del equipo. Denis Peña fue el héroe del Juego 1 con un jonrón y tres remolcadas—aunque terminó con un slump de 14-0—. Yosvany Alarcón pegó el doble clave con bases llenas en la décima entrada del Juego 2. Yunieski Larduet anotó tres de las cinco carreras del equipo en el Juego 3, y Roberto Súlivan Baldoquín golpeó de 5-4 con un doble y una remolcada. En el decisivo Juego 5, Héctor Castillo había sido el jugador más valioso de los Leñadores (golpeó de 3-3 con doble, anotada, remolcada y una base robada), hasta que Jean Lucas Baldoquín subió al plato y aplastó la curveball de Raudel Lazo en cuenta de 1-0.

 

Antes de que se escuchara la voz de play ball en la tarde del domingo para iniciar el Juego 5 de la Final, los Leñadores de Las Tunas registraban 38 victorias en 59 juegos de postemporadas desde 2019. En ese lapso siguen siendo el equipo con mayor porcentaje de victorias (64%), pero habían ganado sus dos títulos (2019 vs Villa Clara y 2023 vs Industriales) fuera de casa.

 

Esa historia cambió en discusión del título nacional contra los Vegueros de Pinar del Río. Los Leñadores ganaron por tercera Final consecutiva los Juegos 1 y 2. Este año esos primeros dos éxitos fueron como visitantes, lo cual inspiró al equipo para intentar coronarse campeones y festejar la victoria ante su fiel fanaticada en casa. Después de eliminar a los Alazanes de Granma en cinco juegos durante la Semifinal, los Leñadores defendieron su corona y vencieron a los Vegueros de Pinar del Río, quienes fueron los líderes absolutos en la temporada regular.

 

Los Alazanes de Granma habían sido el último equipo en ganar dos temporadas consecutivas, cuando se coronaron en la 60 y 61 Series Nacionales, respectivamente. Pero ahora la nueva dinastía del béisbol cubano es la de los Leñadores de Las Tunas, que han ganado tres de las últimas seis temporadas: 2019, 2023 y 2024.




  

 

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