Los Leñadores de Las Tunas han ganado 13 de sus últimos 14 juegos de playoffs en casa. Antes de esta postemporada, se han coronado en dos de las tres finales que iniciaron con ventaja de 2-0.
La próxima escalada al trono podría ser en esta 63 Serie Nacional: Los Leñadores han vuelto a iniciar la Gran Final con ventaja de 2-0 tras vencer por 6-4 en diez entradas a los Vegueros de Pinar del Río este martes en el Juego 2.
Será la primera vez que los Leñadores jugarán la final en casa con una ventaja de 2-0 y la posibilidad de coronarse campeones ante su afición. El reto para los Vegueros no será nada fácil, pero en el béisbol nunca se sabe qué escenario agregará más presión.
Leñadores: A mitad del camino al trono
El zurdo Branlis Rodríguez y el diestro novato Yadier Zamora iniciaron un duelo sin carreras en las primeras cuatro entradas. Los Leñadores tomaron ventaja en la parte alta del quinto por un doble remolcador de Héctor Castillo, y un rodado a tercera de Yuniesky Larduet.
La velocidad fue un factor clave para que los Leñadores fabricaran esas dos primeras carreras. Yordanis Alarcón abrió el inning ganando un boleto, y llegó hasta tercera por un wild pitch. El otro corrido de bases clave fue la agresividad de Castillo, quien retó al tercera base Juan Carlos Arencibia con el rodado de Larduet. Antes de que el bounce llegara a la antesala, Castillo corrió hacia el home. La única opción para Arencibia era fildear y arriesgarse a tirar lo más rápido posible al plato, pero no pudo sacar a tiempo la pelota del guante. Entonces, tuvo que tirar a primera, y logró poner out a Larduet.
En la parte baja del quinto, boleto a Luis Pablo Acosta y un error en tiro de Rafael Viñales (intentando poner out a Rolando Martínez, quien se sacrificó con un toque por primera) complicó la entrada. Arencibia también tocó de sacrificio y Pinar del Río volvía a colocar corredores en posición anotadora. Después de tanta agonía ofensiva —habían dejado a cuatro corredores en bases durante las primeras cuatro entradas—, Alexei Ramírez conectó un doble remolcador que empató el marcador, 2-2.
El manager de los Leñadores, Abeisy Pantoja, confió en el novato Yadier Zamora y dejó que enfrentara a Lázaro Emilio Blanco tras caminar intencionalmente a William Saavedra. Blanco había reemplazado a Yasser Julio González, quien salió del juego tras ser golpeado por un lanzamiento de Zamora en la parte baja del cuarto inning. Los Vegueros tenían la gran oportunidad de ponerse delante en el marcador por primera vez en esta Gran Final después de 13 entradas a la ofensiva.
Sin embargo, como había ocurrido en toda la tarde hasta el doble de Alexei Ramírez, Pinar del Río no pudo remolcar la carrera de la ventaja con corredores en posición anotadora. Blanco pegó un rodado fuerte por primera base, pero el inicialista Rafael Viñales realizó un oportuno fildeo y Zamora cubrió la inicial a tiempo para completar un brillante out por la clásica vía “3-1”.*
*El énfasis de los gestos del coach de primera, Reinier León, no necesitó palabras: León intentó que Blanco reaccionara y corriera más rápido hacia la inicial, pero era demasiado tarde. Realmente no parecía que Blanco estuviera intentando hacer su mejor carrera. Quizás pensó que el rodado era foul. O, tal vez, se dio por vencido demasiado pronto. Al final, lo cierto es que Blanco subió al plato tres veces en el Juego 2 y dejó a cinco corredores esperando remolque. Pinar del Río perdió por diferencia de dos carreras (6-4). No deberíamos culpar a Blanco por haber fallado en turnos al bate claves, pero definitivamente su falta de producción influyó en la derrota.
Al inning siguiente, los Vegueros tomaron ventaja por vez primera en la Final, aunque anotaron la carrera tras un error en tiro a tercera del cátcher Yosvany Alarcón. Los Leñadores siguieron atacando a Branlis Rodríguez, quien abrió el séptimo inning y permitió un doble de Yordanis Alarcón. Sin el zurdo Raudel Lazo disponible en el bullpen, la presencia de Branlis era razonable. Jenier Álvarez fue el primer relevo de los Vegueros, pero no pudo evitar que Yudier Rondón conectara el sencillo remolcador para empatar el score, 3-3.
La ofensiva de los Vegueros no volvió a reaccionar: dejaron a seis corredores en bases, dominados por los relevistas Rodolfo Díaz (3 IP, 2 H, 1 C, 0 CL, 1 BB) y Alberto Pablo Civil (2 IP, 2 H, 1 C, 0 CL, 1 SO, 1 BB). Después del empate a tres carreras desde la parte alta del séptimo, los Leñadores decidieron el juego en el Tie Break. El noveno bate del lineup, Yudier Rondón, había sido el último out en el noveno. Así que los Leñadores tenían una gran oportunidad y no la desperdiciaron. Larduet se sacrificó con un toque, Roberto Súlivan Baldoquín—estaba de 4-0—recibió dead ball y se llenaron las bases para el tercer bate, Yosvany Alarcón.
Ese era el escenario perfecto que estaba esperando el manager de los Leñadores, Abeisy Pantoja. Y Alarcón no defraudó a los Leñadores. En cuenta de 0-1, Álvarez lanzó una bola rápida en el centro de la zona de strike y Alarcón no lo perdonó: golpeó un doble a lo profundo del center field que limpió las bases. Mientras la pelota volaba, las esperanzas de los Vegueros parecían pulverizarse en el estadio Capitán San Luis.
Al final, todas las carreras que anotó Pinar del Río fueron sucias y, si el juego llegó a decidirse en entradas extras, fue porque el left fielder Mario Sánchez le robó un jonrón de dos carreras a Yordanis Alarcón en el inicio del noveno.
Pinar del Río intentó empatar el marcador en la parte baja de la décima entrada, pero el cerrador de los Leñadores, Alberto Pablo Civil, ponchó a Frank Raúl González con las bases llenas. Así que, una vez más, el dominio volvía a repetirse. Por cuarta ocasión consecutiva en Finales, Las Tunas ha abierto con ventaja por 2-0. Hablaremos un poco del impresionante paso de los Leñadores en un minuto, porque la historia aquí va más allá de esa considerable ventaja. Lo alarmante de comenzar debajo 0-2 no es el cuándo (durante dos juegos en casa), sino el cómo: los Vegueros han estado delante en el marcador durante solo una de 19 entradas a la ofensiva en los Juegos 1 y 2 de esta Gran Final.
Puede haber incontables formas de ganar y perder en el béisbol. Equipos que pierden porque les faltó poderío para remontar. Otros que comenzaron la postemporada a un alto nivel, y luego no han podido mantener el ritmo ganador. Y, por supuesto, están los rivales que nunca pudieron ofrecer resistencia. Los Vegueros de Pinar del Río han intentado desafiar a los Leñadores de Las Tunas (actuales campeones defensores), pero no han lucido como el poderoso equipo que fue capaz de liderar la temporada regular y no perder ninguna serie de cinco juegos.
Así que ese es el gran punto de inflexión aquí: los Vegueros de Pinar del Río se han visto limitados por el impacto colectivo de los Leñadores de Las Tunas. Sí, podríamos traer múltiples argumentos aquí como que:
Los Vegueros se han ido de 18-2 (.111) con corredores en posición anotadora durante los Juegos 1 y 2. ¿Los Leñadores? Están promediando para .407 (27-11).
Los conteos de dos strikes han sido un grave problema: Pinar del Río lleva de 21-3 con un solo hit extra base. ¿Adivina cuál fue? Por supuesto: el doble remolcador de Alexei Ramírez que empató el marcador 2-2 en la parte baja del quinto inning durante el Juego 2.
Esto no es algo que realmente se esperaba: Con un swing, Mario Sánchez (2-1) ha bateado más hits que los combinados por William Saavedra (6-0), Yasser Julio González (5-0), Lázaro E. Blanco (3-0), Rolando Martínez (3-0) y Frank Raúl González (3-0), quienes llevan de 20-0 contra los lanzadores de Las Tunas en esta Gran Final.
Han anotado solo dos carreras antes de tener dos outs. En cambio, las cinco veces que los Leñadores abrieron entrada embasando a su primer bateador entre los Juegos 1 y 2, lograron anotar carreras.
En un día sin el apoyo de los principales relevistas del bullpen —aunque Jenier Álvarez ha relevado con efectividad—, el apoyo al zurdo Branlis Rodríguez era decisivo.
Los Vegueros han bateado para promedio de .185 con un solo extra base en dos juegos.
Estos son parte de los argumentos decisivos que han influido en las dos primeras derrotas de los Vegueros. Sé que podríamos agregar algunos puntos más aquí, pero bastaría con resaltar las tendencias preocupantes: Pinar del Río no ha podido estar delante en el marcador por más de una entrada. Y en el béisbol, cuando no puedes dominar a tu rival, las estrategias se limitan considerablemente.
Tampoco es tan fácil remontar cada día, especialmente si se juega contra los Leñadores de estos tiempos en la Serie Nacional cubana. Su historial de éxito lo demuestra. Las cuatro finales consecutivas que han comenzado con ventaja de 2-0 han tenido una tendencia predominante: Los Leñadores no solo han terminado ganando sus ocho Juegos 1 y 2 combinados en finales. El camino a cada victoria ha estado en la consistencia.
Antes de esta 63 Serie Nacional, Las Tunas había encabezado el marcador en 38 de 54 innings combinados entre los Juegos 1 y 2 de las cuatro Finales que han disputado. Jugar para un 70% de innings con ventaja en el marcador suena increíblemente arrollador, tanto que la diferencia es notable en el resto de la serie: 33%.
Según lo que muestran las estadísticas, Las Tunas ha ganado dos de sus tres Finales en gran medida por los arranques con ventaja de 2-0. El único año que perdieron fue en 2018, cuando los Alazanes de Granma remontaron hasta coronarse campeones en el Juego 7.
Las siguientes dos Finales de los Leñadores han terminado en al menos cinco juegos: 4-1 contra Villa Clara en 2019, y 4-0 contra Industriales el año pasado. Tal vez no confíes mucho en las probabilidades, pero los Leñadores permanecieron el 48% de los innings delante en el marcador contra Villa Clara, y esa tasa aumentó al 70% el año pasado ante Industriales. ¿Se nota la razón por la cual Las Tunas barrió a Industriales?
Impacto vs. Colapso, esa ha sido la historia de los Juegos 1 y 2. Los Leñadores están jugando como se esperaba, a la altura de un campeón defensor de su corona. Con dos derrotas en casa, Pinar del Río necesita recuperarse y demostrar la fortaleza que llevó al equipo a liderar la liga hasta esta postemporada.
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