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Historias de postemporada: Cuartos de Final, Día 1

Actualizado: 9 jul 2023


—Los Leñadores de Las Tunas, líderes de la temporada regular, salieron delante en los playoffs, y los Toros sorprendieron a las Avispas.




Entonces, ¡bienvenida la postemporada del béisbol cubano! Aquí estamos una vez más para divertirnos y dar un apasionante viaje por los parques de béisbol. Como cada año, espero que disfrutes esta columna en nuestra etapa favorita de béisbol: ¡Los playoffs!


Las Tunas 5, Ciego de Ávila 1

Poco antes de que el diestro Alejandro Meneses lanzara el primer pitcheo del juego contra los Tigres de Ciego de Ávila este sábado en el día de apertura de los playoffs, tenía dos pensamientos en perspectiva: 1) Lo inaudito y decepcionante que resultó la imposibilidad de ver a través de la televisión nacional el partido de los Leñadores de Las Tunas, líderes en la temporada regular de esta 62 Serie Nacional del béisbol cubano. 2) Qué sorpresa nos traería este playoff: ¿Venganza de los Leñadores? ¿U otro zarpazo de dominio en la historia de los Tigres de Ciego de Ávila?

Eso sí, siendo honestos, son notables las diferencias entre estos Tigres bajo el mando de Yorelvis Charles y el comandado por Roger Machado en 2012, que logró remontar déficit de 1-3 contra los Leñadores de Las Tunas. Hay varios peloteros que repiten por ambos equipos, pero la mayoría son jugadores de posición: Yorbis Borroto, Osvaldo Vázquez, Rubén Valdéz, Abdel Civil y Vladimir García están en el roster activo de los Tigres, mientras Danel Castro, los hermanos Alarcón, Yosvany y Yordanis, Rafael Viñales, Roberto Súliban Baldoquín*, y los lanzadores José Adiel Moreno y Alberto Pablo Civil, quien no admitió hits en 3 ¹/₃ innings y ponchó a dos bateadores.


*En aquella temporada, Viñales aún se consideraba como novato, después de debutar sin conectar hits en ocho veces al bate durante la 50 Serie Nacional, aunque remolcó una carrera con elevado de sacrificio. Baldoquín sí debutó en la 51 Serie, y bateó de 12-2 (.167) con tres carreras anotadas y un remolque. Durante los playoffs, jugó un solo inning a la defensiva, en el left, y Viñales bateó de 3-1 en dos juegos como receptor.


O sea que, en general, 11 años después de aquel duelo entre Ciego de Ávila y Las Tunas durante la serie de Cuartos de Finales de 2012, hay 12 jugadores en activo, pero solo tres lanzadores. Sí, el pitcheo: esa será el área que, de ser eficaz, aumentará las probabilidades de éxito en este playoff al máximo de siete desafíos. De hecho, aún creo que, a pesar de su indiscutible poder ofensivo, una de las claves de los Leñadores fue su consistente bullpen. Los relevistas de Las Tunas fueron capaces de asumir el 47.2% de los innings del equipo, y cerraron con la tercera mejor efectividad de la liga (3.99). A diferencia de esa notable actuación, los Tigres de Ciego de Ávila terminaron en el 15to puesto entre ocho de los 16 bullpens que soportaron al menos 5.00 ERA. Con 5.64 ERA admitido por los abridores y 5.88 del bullpen, los Tigres tuvieron que buscar cada éxito a base de ofensiva y defensa para respaldar su joven rotación.


Así llegaron al Juego 1 de esta serie de Cuartos de Finales, comenzando una visita de fin de semana en el estadio Julio Antonio Mella, la casa de los líderes. El diestro Luis Alberto Marrero era una primera elección razonable por parte del manager Yorelvis Charles. Marrero encabezó la rotación tras realizar 17 aperturas y, aunque cerró con marca de 6-6, lideró la rotación con seis salidas de calidad. El año pasado, fue el lanzador clave en el staff, aportando par de victorias con magistral efectividad de 0.61 (admitió una carrera en 14 ⅔ IP) contra los Huracanes de Mayabeque en Cuartos de Final. Sin embargo, había resultados que no traían buenos augurios contra un equipo como los Leñadores, especialista en desatar tempestades ofensivas en esta 62 Serie Nacional. Marrero se había enfrentado solo una vez ante el lineup tunero, y fue bombardeado de 20-10 con dos jonrones y ocho carreras en 3 ¹/₃ innings. Por supuesto, estoy seguro de que Marrero apeló a todas sus herramientas y preparación para este primer reto. Aun así, cuando ves su (in)efectividad de 6.35, es difícil pensar que pudiera detener a los Leñadores. De hecho, Marrero se convirtió en solo el segundo lanzador con 6.00+ ERA en una temporada regular, colocado como abridor del Juego 1 para una serie de Cuartos de Finales por los Tigres de Ciego de Ávila. Hace 12 años, en 2011, el zurdo Maikel Folch había terminado la temporada regular con 6.11 ERA y abrió el Juego 1 contra Villa Clara en la 50 Serie Nacional.


Sí, sabemos que en el béisbol no hay nada imposible y, cuando se levanta el telón de la postemporada, las historias pasadas ya no cuentan. Pero sucede que, para Marrero, la inefectividad no fue el punto neurálgico de su rendimiento. Como lanzador, su principal arma es el comando: una slider corta, pitcheos fuera de velocidad, tocando las esquinas y lanzando pegado —tiró 14 dead balls, y fue segundo del ranking en la temporada—. Sin una bola rápida imponente, lo usual es que los bateadores alcancen las ofertas de Marrero, lo cual derivó en dos tendencias negativas: soportó 26 extra bases, 14 de ellos fueron jonrones y, para ser un lanzador que depende del control, admitió una baja tasa de rodados, apenas 40.1%.


Jugar al llamado “juego de la esperanza”, sin tener potencial suficiente para hacer fallar los swings, ha sido como lanzar encima de barriles de pólvora este año contra los Leñadores. Y así comenzó la tarde para Marrero: el líder de los bateadores, Héctor Castillo, roció un sencillo al left, salió al robo de la intermedia, y Yordanis Alarcón sonó un trueno por la inicial*.


*Sobre el lineup de los Leñadores, quería hacer un paréntesis: a falta de Yuniesky Larduet como leadoff, lo que obviamente llevó a Castillo a ese puesto, el movimiento de Yordanis Alarcón como segundo también fortalece ese trío inicial. Las razones son obvias: Yordanis, un veterano diestro de 40 años, con experiencia de 67 juegos y 271 apariciones al plato en el escenario de la postemporada, lideró la liga con 106 hits, 19 de ellos extra bases. Su swing aún cuenta con la destreza suficiente para conectar batazos hacia la banda contraria, también trabaja la cuenta y se ponchó solo ocho veces en 282 viajes por el plato. Luego, la tanda seguida por Danel Castro, Yosvany Alarcón, Roberto Súliban Baldoquín y Rafael Viñales será una de las más difíciles de atravesar para los lanzadores en estos playoffs.


El primera base Jonathan Bridón no pudo controlar la potente conexión, y la pelota se internó en lo corto del rightfield. ¿Cómo Castillo llegó a home?, eso me pregunté cuando vi la descripción de la jugada en la página oficial del béisbol cubano, donde decía que había anotado desde la inicial con un sencillo al right. “¿Anotó Castillo desde primera con un sencillo?” “Me imagino que salió al robo de segunda, y… bueno, ¿qué sucedió?”, le pregunté a mi amigo Digsan Villar, el Anotador Oficial de los Leñadores. Y, sí, según me comentó rápidamente, Castillo había salido al robo, la pelota se internó en lo corto del rightfield, y dobló por tercera camino al plato. ¡Sensacional! Evidentemente, la asistencia del rightfielder Abdel Civil no fue tan rápida, y luego el tiro al plato, según cuenta Villar, llegó tarde para poner out a Castillo.


Los Leñadores salían delante con una carrera acuñada una vez más por la relampagueante velocidad de Castillo corriendo el circuito. Después de entregar par de boletos, uno intencional ante Yosvany Alarcón y otro a Roberto Súliban Baldoquín, que congestionó las almohadillas, Marrero exterminó la primera entrada por un rodado para double play de Rafael Viñales, quien debutó como sexto bate y leftfielder en esta postemporada. Alejandro Meneses, que había explotado en su única salida contra los Tigres en la fase regular, resolvió el primer inning sin contratiempos. Y, luego, continuó la pesadilla: dead ball a Denis Peña y sencillos consecutivos de Manuel Ávila y Dailier Peña volvieron a llenar las bases.


Esta vez Castillo entregó un rodado a la inicial que sirvió para forzar en home, y luego Yordanis Alarcón se ponchó. Con dos outs, Danel Castro negoció una base por bolas y remolcó la segunda carrera de los tuneros. A la altura del tercer inning, ese par de rayitas habría sido suficiente para los Leñadores, quienes hicieron saltar del montículo a Marrero en el final del quinto episodio, donde un doble de Rafael Viñales puso el score 4-0.


La única carrera de los Tigres fue producida con el 16to jonrón de la temporada para Osvaldo Vázquez, quien desapareció la pelota de línea por el leftfield en el inicio del sexto. Esa fue la última entrada que lanzó el diestro Alejandro Meneses, completando una salida de calidad con seis innings, una carrera y apenas tres hits permitidos. Del resto del camino se encargó el relevista Rodolfo Díaz, quien aseguró las últimas tres entradas con apenas un hit permitido, doble de Civil en el inicio del noveno. Al final, la ofensiva de los Tigres fue totalmente silenciada. Las tres veces que abrieron embasando al primer bateador del inning—dos veces por boletos y un doble en el noveno—no apareció el hit oportuno. Batearon de 8-0 con corredores en posición anotadora, durante un partido donde los Leñadores se fueron de 25-3 y sin jonrones. Con esta derrota inicial, el Juego 2 podría ser el punto de inflexión en este playoff.


Camagüey 13, Santiago de Cuba 6

En mi investigación previa antes del juego, resalté una estadística sorprendente y la apunté en mi hoja de anotación: los Toros de Camagüey habían ganado tres de sus últimos cinco juegos en playoffs contra Santiago de Cuba en el estadio Guillermón Moncada. Esos tres éxitos, significaban el 50% de las seis victorias de Camagüey en 22 juegos contra las Avispas santiagueras en postemporada. Sí, como visitantes, los Toros de la Llanura siempre han jugado mejor en playoffs fuera de su estadio Cándido González, donde perdieron sus últimos siete partidos ante las Aplanadoras de finales de los años noventa y mediados de la década de 2000.


Para el Juego 1, los Toros contaban con el zurdo Dariel Góngora, una apuesta bastante segura de durabilidad en el montículo. Góngora lideró la liga con 107 innings lanzados y, detrás del pinareño Erlys Casanova, quien completó nueve de sus 10 aperturas, fue el segundo lanzador con el más alto índice de durabilidad, promediando 7 ¹/₃ IP por cada juego iniciado. Su adversario por las Avispas era otro de esos lanzadores graduados en el arte de lanzar strikes, el veterano diestro Alberto Bisset.


Así que, al menos para este Juego 1, se auguraba un duelo donde probablemente el bullpen no tendría que cargar la mayor parte del peso. Sin embargo, un aciago inicio de Bisset, quien debió utilizar 32 pitcheos contra toda la tanda de los Toros en el primer inning, detonó un break en contra del team santiaguero en casa. Los Toros se mostraron agresivos y cayeron sobre los envíos de Bisset, produciendo cinco sencillos. Y, luego, continuó el ataque durante la segunda entrada, con tres imparables más e idéntico rally que puso el juego tempranamente a favor de los Toros, 6-0.


Bisset sucumbió al soportar sencillo de Luis González, doble de Alexander Ayala, y un rodado sólido con bases llenas de Leslie Anderson, que fue detenido por Osday Silva en la inicial. El manager Eddy Cajigal envió al montículo al relevista Yoendris Montero, un especialista generando rodados con sus pitcheos laterales. Y ese fue precisamente el efecto que provocó en el golpeo de Leonel Moas Jr., quien pegó un rodado a segunda con etiqueta de posible double play, pero el intermedista Dasiel Sevila pifió y se esfumó la probabilidad de out. Luego vinieron dos rodados más que terminaron en jugadas forzadas, aunque la presión de Sevila volvió a recordar que Santiago Torres habría sido un refuerzo considerable para las Avispas.


Con ventaja de 6-0, Góngora comenzó a trazar su estrategia. Atacó la zona de strike sin escatimar, buscando ponerse delante en los conteos y, por supuesto, ese enfoque lo llevó a hacer que los bateadores santiagueros fueran agresivos. Durante las primeras cinco entradas, a Góngora se le embasaron al menos dos corredores por inning, pero sacó los outs claves, generando tres rodados para doble matanza. La primera carrera de las Avispas llegó en el final del quinto y resultó inmerecida, tras una pifia del intermedista Eglis Eugellés, y doble del antesalista Euclides Pérez. El sexto fue la entrada más cómoda para Góngora, quien retiró el inning en fila, hasta ser sustituido en el séptimo, tras admitir tres imparables, entre ellos un jonrón de dos carreras del cuarto bate santiaguero, Osday Silva.


En un intento de controlar la situación, el manager Marino Luis le dio la pelota al novato Fernando Ramos, el relevista más dominante de los Toros, quien debutó en playoffs resolviendo la situación al provocar una doble matanza. Con ventaja por 8-3, en el final del octavo, parecía que la historia del Juego 1 había terminado, pero las Avispas volvieron a picar. Dos boletos, un error y un dead ball produjeron la cuarta carrera para Santiago de Cuba, y comenzaba a erosionar el bullpen de los Toros. Marino Luis parecía titubear entre dejar o no a Ramos contra un bateador más, pero finalmente se decidió por sustituirlo. El match que comenzó 6-0, estaba 8-4 y, al primer lanzamiento del relevista santiaguero Ángel Luis Márquez, un doble de Yoelkis Guibert a lo profundo del rightfield, cerró el marcador 8-6. ¡Qué momento!


La fanaticada que abarrotó el estadio Guillermón Moncada comenzó a pedir un jonrón de Osday Silva, quien lideró la liga con 18 HR y 80 remolcadas, además de un récord nacional al empujar 32 veces la carrera del empate o la ventaja. Márquez, acostumbrado a vivir parte de esos momentos en su provincia natal, mantuvo su enfoque sobre el montículo y dominó a Silva con bounce a tercera. Dos outs, y la esperanza de las Avispas era el talentoso Carlos Monier.


Después de la explosión de Bisset y una anticipada activación del bullpen, Santiago de Cuba aún tenía posibilidades de remontar. Monier llevaba de 4-1 en toda la tarde y conectó un elevado que, de haber picado, habría igualado el score, 8-8. Pero no sucedió: el centerfielder de los Toros, Leonel Moas Jr., devoró la conexión lanzándose hacia adelante para dar fin a la entrada.



La atrapada abrió la posibilidad de que los Toros ampliaran la ventaja, y un rally de cinco carreras durante la parte alta del noveno sentenció a las Avispas.


Los sorprendentes Toros volvieron a ganar en el Guillermón y, como suele suceder, comenzaron las noticias que nos hacen recordar el impredecible escenario de la postemporada: el pitcheo de las Avispas, que resultó el más efectivo de la temporada regular con 3.98 ERA, abrió estos playoffs permitiendo 13 carreras, 16 hits, con solo dos ponches y siete bases por bolas.


Al abridor titular de la rotación santiaguera, Alberto Bisset, los Toros le batearon de 12-8 y admitió seis carreras. ¿El bullpen?: siete carreras más y ocho hits. ¿Eso era lo que parecía estar en el guion? No, definitivamente. Pero esto es… ¡béisbol de postemporada!


(Foto: Leñadores de Las Tunas/Victoria 26)

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