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Foto del escritorYirsandy Rodríguez Hernández

El misterioso bote de la Teammate-190

¡Feliz domingo para todos! Estaba deseoso de regresar con nuestra columna semanal, así que hablemos un poco de béisbol. Probablemente has escuchado el tema que se ha hecho tendencia en este inicio de la 63 Serie Nacional. Sí, el sorprendente bote de la pelota Teammate-190, que provocó un gran por ciento de los jonrones durante la primera semana de esta temporada regular.


Entremos rápidamente en contexto: antes de este sábado, se habían conectado 68 jonrones en los primeros 40 juegos. ¿Y sabes qué significó esa cifra? Bueno, según el ritmo, lo que era evidente sospechar: más del doble de los 32 jonrones que se conectaron en la primera semana de la pasada 62 Serie Nacional.


El incremento de los jonrones, como era de esperar, generó erosiones en los marcadores. La producción fue a gran escala: se anotaron 493 carreras, 174 más que las 319 del año pasado. Con esos números, es imposible esperar buenas noticias para el pitcheo. Los ecos de las abultadas efectividades iniciales fueron estruendosos: los lanzadores terminaron la primera semana sucumbiendo con 5.32 ERA, y el bullpen recibió la peor parte del castigo (promediaron 5.42 ERA).


Lo que sigue es solo una muestra de cuánto ha impactado el bote de la pelota Teammate-190 en este inicio de temporada:


Mayores promedios de jonrones por juego

Las estadísticas corresponden al lapso de los primeros seis juegos de cada equipo en las últimas 33 Series Nacionales:


1. 35 SNB: 2.95

2. 50 SNB: 2.53

3. 60 SNB: 2.32

4. 42 SNB: 2.15

5. 49 SNB: 2.08

6. 63 SNB: 2.00

7. 32 SNB: 1.98

8. 61 SNB: 1.98

9. 40 SNB: 1.85

10. 33 SNB: 1.83

23. 63 SNB: 1.30


Como puedes ver en estos promedios de jonrones por juego, la producción de esta primera semana de la 63 Serie Nacional se colocó en el sexto puesto del ranking. En estos últimos años, el promedio de 2.32 en la 60 SNB aparece en el tercer lugar, y la 61 SNB en el octavo con 1.98. Ahora que llegamos hasta aquí, podemos volver a la pregunta más recurrente por estos días: ¿se estará jugando con la misma pelota del año pasado? Los números pulverizan esa tesis, aunque oficialmente se sigue asegurando que sí.



Se ha explicado entre las razones de esta desproporción un argumento recurrente en las últimas campañas: la baja calidad del pitcheo. También se hizo alusión a que las pelotas podrían haber sufrido transformaciones debido al clima o la transportación vía marítima. Esos llamados 'factores influyentes' no ocurrieron el año pasado. Y la realidad fue que, en la primera semana de esta 63 Serie Nacional, los lanzadores han permitido menor promedio de bateo que el año pasado (.289 por .291), aunque están lanzando menos boletos (4.6 BB/9 por 4.2 BB/9). El slugging de los bateadores ha aumentado solo .043 milésimas (.456 por .413) y, si se trata del éxito con bolas en juego, el BABIP del año también fue superior, .321 por .310.


¿Realmente esa comparación en las estadísticas periféricas marca una diferencia notable de un año a otro? Por supuesto que no y, en todo caso, las ventajas en probabilidades de anotar dan un giro a favor de la ofensiva en la pasada 62 Serie Nacional. De hecho, la única tendencia que se ha disparado es el promedio de jonrones. Y, si analizamos, también sería ilógico pensar que el aumento del poder se debe únicamente a una regresión en el pitcheo a nivel nacional.


El abrupto bote de la pelota es tan evidente, que se está bateando poco más del 50% de los jonrones producidos el año pasado. Además, escucha esto: los 12 jonrones que se conectaron durante la tarde del sábado —11 de ellos en los juegos entre Granma-Santiago de Cuba (6) y Sancti Spíritus-Mayabeque (5)—, igualaron el registro de todos los que se batearon en los primeros 48 juegos de la 39 Serie Nacional.*


*En la historia de las Series Nacionales, la edición 39 fue la más crítica en términos de poder, arrojando un promedio de 0.3 jonrones por juego durante la primera semana. El pobre bote de la pelota Batos, combinado con el regreso de la utilización del bate de madera, fue nefasto a lo largo de la temporada 1999-2000. Después de 720 juegos en la campaña regular, el promedio final de la liga fue de 0.4 jonrones por partido. Todo resultó un caos: 13 equipos terminaron por debajo de ese promedio, incluyendo tres, Camagüey (9 HR), Cienfuegos (8 HR) y Holguín (7 HR), que en 90 juegos fueron superados por el líder de jonrones de la liga, el cátcher de Industriales, Iván Correa (10).


Bien, ahora vamos a otro punto alrededor del alucinante bote de la pelota Teammate-190: la “aparente” baja del pitcheo. Ya demostramos aquí que los bateadores no están teniendo más éxito con su swing en términos de bolas puestas en juego. El aumento ha sido solo en el poder y, específicamente, la frecuencia de jonrones.


En cuanto al pitcheo, antes de los juegos del sábado, un total de 56 lanzadores habían permitido 68 jonrones. Solo nueve admitieron multi-HR, tres más que los registrados el año pasado. Pero he aquí la principal evidencia de que el “misterioso” bote se debe al estado actual de las pelotas Teammate-190 que se están utilizando: la mayoría de esos lanzadores fueron parte de la élite en la pasada 62 Serie Nacional.


Sí, en todos, los registros de jonrones permitidos suenan extraños. ¿La razón? Sencillamente porque el año pasado atravesaron un promedio de 15 entradas sin ver a sus oponentes festejando un swing de jonrón.


Lanzadores que han permitido al menos dos jonrones en esta temporada, y usualmente dominaron sin contratiempos el año pasado:


-Keniel Ferráz (Las Tunas): permitió 4 HR en 65 ⅓ innings el año pasado, la misma cantidad que suma esta temporada en tan solo siete entradas.


-Leandro Martínez (Granma): permitió 2 HR en 66 ⅓ innings el año pasado, la misma cantidad que suma esta temporada en una apertura y cinco entradas.


-Dorvis Navarro (Isla de la Juventud): permitió 1 HR en 58 ⅓ innings el año pasado, en esta temporada ha permitido dos tras acumular ocho entradas.


-José Isaías Grandales (Sancti Spíritus): permitió 2 HR en 91 ⅓ innings el año pasado, la misma cantidad que suma esta temporada en seis entradas.


-Wilber Reyna (Santiago de Cuba): permitió 5 HR en 82 innings el año pasado, y en esta temporada le han conectado dos en 3 ⅓ innings.


Entonces, ¿el incremento de los jonrones se debe únicamente al bajo nivel del pitcheo? Los fabricantes de la pelota Teammate-190 podrían explicar a fondo sus argumentos sobre el desigual bote de la pelota este año, pero los números nos conducen hacia una respuesta objetiva y clara: la raíz del problema no radica en el sostenido declive del pitcheo.


De cualquier manera, seguiremos investigando cada tendencia reveladora, sobre todo por la experiencia vivida en temporadas anteriores, donde luego la frecuencia de jonrones se desvaneció. Y, sí, al final, como ocurrió en las 60 y 61 Series Nacionales, el misterioso bote de la Teammate-190 se esfumó, de tal manera como si hubiesen empleado otra pelota.


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