No existe ninguna estadística que pueda medir la motivación de los jugadores en el béisbol, pero si StatCast la tuviera, probablemente Jorge Soler encabezaría el Top entre los jugadores cubanos.
Cuando amamos los números, no pocos dedicamos buena parte de nuestro tiempo para analizar las tendencias que muestran mejorías o descensos de un jugador o un equipo. Obviamente, cada tesis que esgrimimos se basa en la objetividad impulsada por las estadísticas. Y, aunque en ocasiones incluso logramos redirigir nuestra percepción, la naturalidad del béisbol nos ayuda a comprender que hay incontables factores externos capaces de influir en un resultado.
Recordando esto, el despertar del cubano Jorge Soler sobresale entre los ejemplos más recurrentes en esta segunda mitad de temporada.
Las mejorías de “El Crudo” en el plato no han sido tan inesperadas como la caída de su frecuencia de jonrones hasta uno cada 46.1 PAs (apariciones en home) mientras los Royals jugaban para marca de 33-52 en sus primeros 85 juegos este año. Sin embargo, el poder nunca fue un problema para Soler, quien actualmente aparece en el puesto No. 28 del ranking de Barrels% (13.0) entre 136 bateadores calificados.
Si hubo una tendencia desconcertante, fue su altísima tasa de ponches. En sus primeros 85 juegos, entre el 1 de abril y el 18 de julio, Soler se ponchó 91 veces, acumulando una abrumadora tasa de 28% en 324 viajes por el plato. Obviamente, un alto por ciento de esos ponches fueron en juegos perdidos. Y, aunque no tenemos cómo garantizar cuántos turnos Soler asumió sin motivación más allá de la rutina en una y otra derrota, sabemos que:
1) La llamada de los Bravos de Atlanta antes de que culminara la fecha límite de cambios fue tan sorprendente como comprometedora.
2) Soler tenía la oportunidad de recuperar el ritmo con un nuevo equipo, tras jugar 85 partidos en otra temporada perdedora de los Royals.
3) Probablemente, resurgir con un team contendiente como los Bravos de Atlanta le daría un nuevo ritmo al futuro de su carrera.
Es imposible saber hasta qué nivel se disparó la motivación de Soler tras la noticia del cambio—sin olvidar sus grandes momentos con los Royals—, pero lo que hemos visto en este primer mes jugando para los Bravos ha sido revelador.
Soler entró este domingo al Camden Yards con 86 apariciones en home desde que aterrizó en Atlanta a finales de julio pasado, y las tendencias de su ascenso en el plato van siendo apreciables:
—(A) Ha moderado su enfoque altamente agresivo.
—(B) Está organizando su ataque con mejor selección de lanzamientos.
—(C) Al mejorar su disciplina en el plato, ha logrado reducir considerablemente la tasa de strikeouts, aumentar los boletos y poner la bola en juego con más frecuencia.
Para un bateador que aún ocupa el 13er puesto del ranking de MLB con al menos 270 bolas puestas en juego y 92.1 mph promedio en la velocidad de salida, el contacto de su swing es fundamental. Los resultados en apenas un mes con los Bravos de Atlanta han dado un giro total:
Royals de Kansas City: .192/.288/.370, 13 HR & 37 RBIs, 26.9 K%, 10.5 BB%
Bravos de Atlanta: .257/.378/.500, 5 HR & 10 RBIs, 18.6 K%, 16.4 BB%
La progresión es notable, pero hay dos métricas donde se reflejan los rápidos ajustes de Soler desde la fecha límite de cambios: Su slugging ascendió .130 puntos y el porcentaje de boletos 5.9%. ¿Más extra bases? ¿Más bases por bolas? Es obvio que, con el poder natural de Soler, los cambios se hagan notar en tan solo un mes.
Unido a esas mejorías, también deberíamos considerar otro valor influyente: Soler está aprovechando su oportunidad en un lineup que no es tan dependiente de su rendimiento ofensivo como en sus años con los Royals.
Tras golpear su jonrón No. 18 de la temporada este domingo ante el zurdo de los Orioles, John Means, Soler sigue dando señales de haber reencontrado el ritmo en su principal herramienta: El poder.
Los Bravos de Atlanta apostaron por esa valiosa virtud del slugger cubano, y quién sabe si ese cambio tome aún más connotación en octubre.
(Foto: Jorge Soler/Getty Images)
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