Para muchos, entre los que me incluyo, de manera muy rápida se ha ido, al menos para casi todos los conjuntos, el primer tercio de la temporada cubana 2022 en su edición 61. Es cierto que el demorado inicio del mayor espectáculo deportivo de Cuba mantuvo a muchos sin prácticamente béisbol por más tiempo del esperado, pero el inicio del torneo, tras 20 años nuevamente a jugarse en solo un año, va cumpliendo con las expectativas y en algunos casos superándolas, al menos si de afición hablamos.
Y es que debemos dejar claro que nos guste o no, son muchos los factores que han hecho de nuestro torneo mayor uno de los de menos calidad de los vistos en años recientes. No quiero detenerme en aquello que todos conocen, y que durante la pretemporada dañaron aún más la ya deteriorada imagen del campeonato cubano. Doce jóvenes prospectos quedando en masa en tierras norteñas mientras otros más maduritos también buscando un nuevo camino en tierras lejanas, han sido factores reales. Muchas más continuas salidas del país de otras figuras en desarrollo, antes y durante la presente temporada, unido a medidas irracionales de los propios directivos beisboleros de la isla, estos últimos quienes al parecer prefieren confrontación a diálogo común y beneficioso, en aras de llegar con confianza a los verdaderos protagonistas del espectáculo y a todos aquellos que procuran – desde cualquier rincón de este planeta – el seguimiento y promoción de un torneo que sabemos no es la sombra de lo visto en pasado reciente, tampoco ayudan.
Podemos también hablar de la parte estética del campeonato, a mi entender mejorada, pese a todavía la falta decisiva de un diseño en los trajes de jugadores y en general en la imagen que se promociona del torneo, que emule con un evento en donde queda representado el segundo país del mundo que puso en práctica este deporte. Un punto fundamental - al menos para todos aquellos que persiguen desde afuera ver el torneo de la isla -, es el haber logrado una transmisión televisiva con la calidad que demanda nuestros tiempos, tras el convenio logrado desde el pasado año con la plataforma GameTime Sport, creo esto es algo que toda la afición agradece.
Pero si de estética hablamos, no podemos obviar que todavía nuestros estadios tienen una deuda gigante con el espectáculo y en específico me refiero al estado de los terrenos. Las condiciones de los terrenos de Cuba verdaderamente dejan mucho que desear y constituyen un grave problema para el jugador y su correcto desarrollo. Es inconcebible que la gran mayoría de los terrenos – incluyendo el del legendario estadio Latinoamericano capitalino - hayan sido supervisados y aprobados previo al inicio del campeonato y sin embargo la realidad revele estos se encuentran en condiciones donde el césped resulta escaso en su mayoría. Desde áreas compactadas – aquellas donde generalmente los jugadores se mantienen por mucho tiempo y pierden la yerba – o las que mucho tráfico reciben y no son atendidas correctamente, con casi un 60 o 70% de estas sin apropiada cobertura, resultan obviamente inseguras a jugadores en general, pues la dureza del terreno puede provocar una superficie inestable para el desempeño de este y, por ende, para la seguridad de jugadores. Si a esto añadimos lo que el terreno brinda como factor decisivo a la pelota cuando esta es bateada, pues la combinación resulta decisiva incluso a la hora de hablar de los elementos estadísticos de la Serie Nacional.
Vale también mencionar que la 61 Serie Nacional ha tenido sus lados positivos. El regreso de algunos choques nocturnos resulta una medida más que bienvenida - ojalá la postemporada se juegue en este horario -, así como la mejora de condiciones o facilidades para los aficionados contribuyen a lo visto, con muchas instalaciones con gran audiencia incluyendo un estadio Latinoamericano – principal recinto beisbolero del país – que ha tomado vida gracias al principal animador presente: el público.
Tras 25 juegos, no grandes sorpresas entre los ocho primeros
Llegó la hora de parar el tira y jala y de hablar de lo que en concreto nos ha deparado el torneo en cuantos a sus elencos en esta edición 61. No creo haya sorpresa alguna ver a estas alturas a un Matanzas encaramado en la cima de la tabla de posiciones. Los matanceros resultan una vez más favoritos, no solo a la postemporada de ocho elencos, sino también a la mismísima discusión del título. Su mentor, Armando Ferrer, así lo piensa y nadie le quita la razón. El diferencial de carreras (+69) que los matanceros presentan en el torneo dice mucho de lo que es capaz su ofensiva. Si a esto unimos un pitcheo que, dentro de lo que hay en Cuba, resulta el más profundo, pues olvide su soñado intento de frenar – por el momento - a los Cocodrilos, quienes bien pudieran poseer una ventaja mucho mayor cuando se cumplan los dos primeros tercios del campeonato. ¿Cuál es la preocupación más apremiante del mentor matancero para el resto del campeonato? Sin dudas el anuncio de la próxima partida a ligas foráneas de hombres claves como los jardineros Yadir Drake y Eduardo Blanco, lanzadores como Yoanni Yera, Armando Dueñas y Joel Suárez, y hasta el segunda base Aníbal Medina.
De sorpresas creo tengo derecho a hablar de un conjunto que comienza a gustar mucho y que promete nuevamente adueñarse del corazón de algún que otro aficionado dudoso. Me refiero al Villa Clara de Pedro Jova. Eh, ¿se extraña lo diga así?, pero es que no puedo pensar de otra manera cuando hablo de la figura con enorme liderazgo como lo es el ex afamado torpedero de los elencos Azucareros y el equipo Cuba. Jova es Villa Clara y Villa Clara es Jova, el respetado mentor tiene algo que sabe cómo hacer a elencos creer en sus posibilidades, sobre todo a aquellos que tienen juventud y cierto talento. Esa es la versión del Villa Clara de esta 61 SN. Este equipo llevaba dos torneos en donde no pasaba del lugar 13 entre 16 elencos, apenas un año atrás solo alcanzó 30 victorias y vea la diferencia de un año a otro, Villa Clara está a solo un triunfo de lograr la mitad de las victorias alcanzadas en la pasada contienda, cuando a la 61 SN aún le quedan 50 choques. Los muchachos, al parecer, buscan rescatar la memoria de los legendarios elencos del centro, pero sobre todo de aquella maquinaria villaclareña de los noventa, que llegó a cinco finales al hilo y se embutió tres títulos. Para demostrarlo, Villa Clara lleva la mejor racha de todos los conjuntos en competencia - siete triunfos al hilo - con además un total de 8 victorias en sus últimas doce salidas y, sobre todo, es el único conjunto que juega a sus rivales por igual, tanto en casa como fuera de ella, con idéntico 7-5. El gran momento que viven los ha hecho dar un gran salto y este martes los veía amanecer en la quinta posición del torneo, alejados a “fácil” 2 ½ juegos de la zona de no clasificación. ¿Podrá este Villa Clara sostenerse? Para los que lo han visto en juego – por favor necesitamos más televisión para este inspirado elenco – será uno de esos rivales que no querrá nadie enfrentar de llegar a la postemporada.
Pero no solo Villa Clara sorprende. ¿Qué me dicen del pariente pobre que es Artemisa? Oh amigos, si ustedes creían Villa Clara hacía una proeza, solo piense en un Artemisa que, en las dos últimas contiendas de Cuba, solo le ha logrado sonreír al último lugar del campeonato. Los artemiseños, en un caso similar pero todavía por probarse, han recibido la inyección de su debutante mentor en Lázaro Arturo Castro, quien viene haciendo gran trabajo y con un – hasta el momento - séptimo puesto, mira de reojo a poderosos como Industriales, Pinar del Río, Granma, Las Tunas y Camagüey, casi nada. No es casualidad el paso del equipo, los artemiseños llevan la segunda mejor racha del campeonato con cinco victorias en línea, apoyados sobre todo en la ofensiva del sorpresivo líder de bateo del campeonato, el jardinero Carlos de la Tejeda (.419), y su más cercano perseguidor y líder ofensivo del conjunto, el veterano Dayán García, mientras el líder histórico en salvamentos de la pelota cubana de Series Nacionales (279), José A. García, les ha logrado asegurar triunfos estrechos con ya seis rescates a su cuenta.
Otro gran paso lleva Mayabeque y Ciego de Ávila. Ambos conjuntos, con 15 victorias en el bolsillo, juegan como grandes candidatos a la postemporada 2022. Es obvio que mucho queda por jugarse, pero tanto el mentor de los primeros, Michael González, como el avileño Yorelvis Charles, vienen de temporadas de debut en donde se ubicaron en la 10ma y 11na posición, respectivamente, y ese año de madurez al parecer los ha ayudado en estos inicios. Por supuesto, sería iluso obviar, en el caso de Mayabeque, el talento y juventud de su cuerpo de lanzadores, que ha visto entre un cuarteto de abridores y relevistas como el del líder en efectividad del torneo Yulián Quintana (1.21 PCL), Yadián Martínez, Mailon Cuz y Marlon Vega, acumular 11 de los 15 triunfos del equipo. Para Ciego la historia ha sido diferente, pero no tengo dudas que, si hoy el equipo está entre los cuatro mejores del torneo, en gran medida se debe al formidable paso de sus dos mejores brazos en los derechos Yander Guevara (5-1-2.34) y Dachel Duquesne (4-0-3.53). ¿Qué pasará cuando esta dupla no produzca victorias como hasta el momento?
Amigos, que no haya tocado el tema de dos de los grandes de la pelota de Series Nacionales no significa que me haya olvidados de ellos, para nada. Industriales y Santiago de Cuba también resultan dos que aparecen, uno acomodado entre los cuatro mejores del torneo – Santiago – y el otro que se disputa un puesto a lo Javier Sotomayor - entre lo más alto o bajo - de la imaginaria barrilla que define los ocho grandes a la postemporada 2022, Industriales. Santiago ya posee 15 triunfos, muchos señalan es un conjunto muy balanceado y no debe afrontar dificultades para obtener más de 40 victorias y les creo. El equipo ha logrado mantenerse a flote con el aporte de los experimentados brazos de Danny Betancourt y Alberto Bicet, junto a su joven as en Carlos Font. Ocho triunfos para Santiago han logrado la combinación de estos, pero el paso de los mencionados no ha sido el mismo de inicios de campaña, cuando nuestro colega Yirsandy Rodríguez nos hablaba de uno de los mejores comienzos de temporada de la historia para el equipo santiaguero. Del 11 de febrero a la fecha, Santiago no ha sido el mismo elenco jugando para 5-7 y preocupa que los en aquel momento invictos Bicet (3-0), Font (2-0) y Betancourt (2-0), ahora son responsables de cuatro de las siete derrotas en el periodo con, por demás, un solo triunfo a la cuenta de Bicet. Para Santiago de Cuba y su mentor Eriberto Rosales, las próximas aperturas de este trío serán sin duda vitales.
Industriales, por su parte, resulta un equipo con una gran deuda en su pitcheo. Está claro que las salidas de dos estelares como Bryan Chi y Andy Rodríguez han cambiado los roles en un cuerpo de lanzadores que no encuentra fórmula clara para lograr triunfos. Un pobre balance de 12-12 es claro reflejo de esto. La llegada del derecho Pedro Álvarez (3-0) - vía Sancti Spíritus - ha sido la clave para que hoy Industriales aún esté entre los ocho mejores del campeonato. ¿Pero del resto qué? Para que solo tenga una idea, el pitcheo abridor de los capitalinos resulta el cuarto peor en efectividad del campeonato con 5.38 PCL, por demás un punto exacto por encima de la media del torneo. Fue un craso error y una estupidez mayor – no solo para el equipo sino para el torneo en general - lo sucedido con el MVP del pasado año y líder en cuadrangulares y remolcadas del torneo en Lisbán Correa, aun así, con una ofensiva que tiene de todo un poco y que bien se puede combinar por tacto y fuerza, Industriales necesita el respaldo total de su público. Una nota, resulta inconcebible que, en el presente torneo, los capitalinos sean el segundo elenco que peor juega en casa con balance de 4-8, solo superado por el hasta ahora mal parado Holguín (4-9).
Y como mencioné a los Gallos de Sancti Spíritus, vale mencionar que un mentor como Eriel Sánchez, quien poseía grandes aspiraciones como manager para elencos nacionales de la isla, haya tenido que digerir la no selección de mentores de la Serie Nacional para el conjunto mayor del país. Pese a lo radical de la medida – y mire que de medidas autoritarias se ha llenado este campeonato – Sánchez parece tranquilo con sus Gallos y aunque también se ha unido la pérdida de uno de sus ases, en el mencionado Pedro Álvarez, el equipo gana lo suficiente como para ubicarse – al menos por el momento - en el sexto lugar del torneo. ¿Cómo lo hace? Bueno lo de Sancti Spíritus es una combinación de pitcheo abridor, el cual resulta el segundo mejor del torneo en efectividad (3.63) y tercero en salidas de calidad (11), ayudado por dos brazos como los de Yoen Socarrás y José E. Santos, quienes acumulan 5 triunfos, y de ofensiva. Los Gallos son el mejor conjunto en promedio ofensivo (.319) y BABIP (.343) y segundos en OBP (.408), muestra de ello son la presencia de cinco de sus hombres entre los mejores bateadores del campeonato por promedio ofensivo. Como casi todos los conjuntos del torneo, Sancti Spíritus debe sin duda mejorar la efectividad de sus relevistas, quienes hasta el momento lo hacen para alarmante PCL de 5.97, como la sexta peor marca del campeonato.
¿Y de los ocho de abajo?
Mientras sorprende ver a candidatos a la postemporada como el campeón defensor Granma, Pinar del Río, Las Tunas o Camagüey, entre los más rezagados de la presente contienda, no extraña tampoco el paso de estos.
Pinar no logra justificar la presencia de uno de los mejores cuerpos de lanzadores del torneo con la posición que ahora exhiben. Pero los dirigidos por Alexander Urquiola han tenido un pitcheo de relevo que lanza para 5.67 de efectividad - séptimo peor entre los 16 elencos -, aceptando además 11.35 H9 y promedio contrario de .325, esta última muy por encima de la media del torneo de .307. Para asegurar más triunfos, Urquiola bien pudiera ir más profundo en los choques con sus lanzadores abridores, pero hasta esto pudiera complicarse para el elenco occidental, si finalmente algunos de estos miembros que conforman la base de su rotación parten con contratos a otras tierras.
Granma es el claro reflejo de lo que significa perder no solo a un as de su rotación sino básicamente al mejor lanzador de la isla. Con una ofensiva balanceada, los campeones defensores resultan un elenco que debe estar entre los ocho mejores del país, pero la duda con su rotación era uno de los problemas de inicios de campaña y a la ausencia de Lázaro Blanco se ha unido la inconsistencia de otros como Leandro Martínez y César García, quienes solo han aportado tres victorias en 12 aperturas y ya archivan cinco derrotas. Para el mentor Carlos Martí refrescante resulta ver a Joel Mojena invicto con marca de 3-0 y un 3.51 PCL, una de las razones por las que Granma no aparece peor parado.
Dos de los equipos considerados también favoritos pre contienda, al menos a la postemporada, marchan con ritmos que no los ven salir de la parte de abajo de la tabla de posiciones. Me refiero a Las Tunas y Camagüey. Ambos presentan hasta el momento dos de las ofensivas más efectivas del campeonato, pero los agramontinos sufrieron un inicio desastroso cayendo siete veces en sus primeras 8 salidas al terreno y, pese a la recuperación experimentada, nadie es ajeno a la baja de su cuerpo de lanzadores, el cual, por solo mencionar dos casos, no cuenta con el emigrado Josimar Cousín y tampoco con el internacional Yariel Rodríguez. Pero no son solo los problemas de rotación los que posee Camagüey, para un pitcheo relevista que es al que más le batean en el torneo - .363 AVE - aceptando la mayor cantidad de hits de todos los elencos - 14.22 H9 – resultando, por demás, el peor en efectividad con un alarmante 8.08 PCL, no es para dudar el trabajo que el “bullpen” de los Toros presenta para mantener ventajas y sellar victorias. Grande será la tarea del mentor Borroto, en aras de guiar a puerto de clasificación a un elenco que año tras año sigue con muchas deudas para su afición.
Las Tunas, por otro lado, presenta similar situación a la de los agramontinos. Variada ofensiva en todos los órdenes, una rotación que debe sin duda alguna aportar más triunfos, sobre todo si su estrella Carlos Juan Viera endereza la ruta, pero un pitcheo de relevo que da lástima con números que lo colocan entre los peores del campeonato ha dado al traste con mejores actuaciones.
Un elenco que se ha mostrado en estos inicios como una sorpresa, pese a su posición en la parte baja, es el de Isla de la Juventud. Los Piratas, con el regreso de su histórico manager Armando Johnson y sin grandes pretensiones para esta contienda, han sorprendido a los entendidos y con 12 victorias parecen seguros a superar el máximo de 27 triunfos alcanzado en las últimas cinco temporadas. Como con todos los demás elencos, solo el tiempo tendrá la última palabra.
Hay tres equipos que, en la presente temporada, de no cambiar su accionar estarán destinados a batallar por el sótano del campeonato – de hecho, ya lo hacen - con además posibles 50 derrotas o más a sus cuentas. Me refiero sin orden alguno a Guantánamo, Holguín y Cienfuegos. De ellos resulta inconcebible el diferencial de carreras que muestran. Holguín es el peor de ellos con un desastroso -69 DIFF, mientras Guantánamo muestra -68 y Cienfuegos -64, con cifras así, es imposible ganar en cualquier béisbol. Pero siempre hay algo que mencionar de conjuntos con pobres actuaciones en campeonatos. De esta edición, Holguín hace de todo con un trio ofensivo que debe engalanar la posible Serie Selectiva – o como decidan llamarle – de este año, en los nombres de Edilse Silva, Yordan Manduley y Maikel Cáceres. Cienfuegos hace lo suyo también, con un abridor que muchos desean ver en el derecho Hermes González, quien con marca de 5-0 y efectividad de 1.94, posee el 63% de las victorias del equipo. Por su parte, Guantánamo cuenta con dos bateadores entre los mejores remolcadores del torneo con Robert L. Delgado (19) y el inicialista Pedro P. Revilla (17), este último quien a sus 22 años marcha segundo en cuadrangulares con 7, convirtiéndose en una de las atracciones del torneo actual.
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